Estuve enamorada de alguien que ya no existe. La persona que tengo enfrente tiene tu cara, tu voz, tu olor… pero no sos vos. Sos una versión vacía, un eco distorsionado de lo que alguna vez amé.
Me aferro desesperadamente a los recuerdos porque ahí es donde todavía te encuentro. En esas memorias no me mirabas con indiferencia, no me lastimabas con mentiras, no me dejabas con este vacío en el pecho. Pero vos ya no estás. Y me pregunto cuándo te fuiste: si fue de a poco, en esos pequeños momentos que ignoré, o si simplemente un día decidiste dejar de ser quien eras.
Duele. Duele tanto que me rompe por dentro. Duele porque sigo acá. Estoy atrapada tratando de encontrar algo, cualquier señal de que queda algo de nosotros en este desastre. Pero no hay nada. Solo excusas, mentiras, reproches. El desgaste nos ganó y, por más que quise pelear, estoy agotada.
Me cansé. Me cansé de esperarte, de rogarle a una sombra que vuelva a ser real, de justificar lo que no tiene perdón, de tragarme el dolor mientras me decía a mí misma que todo iba a estar bien. Pero no va a estar bien. Lo sé ahora.
Tal vez lo que más duele no es lo que me hiciste, sino darme cuenta de que no siento lo mismo. Que el amor que una vez fue tan fuerte hoy es solo una carga. Y me da miedo aceptarlo, porque soltar lo que tuvimos significa admitir que se terminó. Pero creo que lo que tuvimos se terminó hace tiempo, solo que no quise verlo.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión