La luna se apagaba mientras se escondía en las faldas del sol, el cual comenzaba a
descansar en los hombros de los hombres, hombres que en la agitada mañana daban sus primeros pasos
en la piel gris de new york, era 4 de julio fecha cumbre en el país yankee, escasos medios advertían
de los cuidados ante cualquier acto de vandalismo y algunos ajenos vociferaban que dicho día festivo,
mañana, no sería más que recuerdos cual escombros, de todos modos, las risas auguraban una buena tarde y una posible noche de goce en la ciudad iluminada .Las palmas sincronizaban los pasos de los que desfilaban, a medida que los saludos de la gente hacían vibrar el corazón de la tierra, los inocentes llevaban las banderas las cuales flameaban y prostituían su patriotismo vestidas de tres colores agridulces, así mismo
carrozas de diversas actitudes culturales teñían la ciudad de jolgorio, por su parte, las
trompetas adornaban el ambiente junto a los tambores que sonaban y golpeaban
intensamente, sin embargo a un lado de ese mundo, se encontraba en un despacho,
sentado en su escritorio,el presidente Dimitri,cuyo latido era frágil y apagado, cuya soledad
lo acompañaba mientras conversaba con su interior frente al espejo cuestionándose, ¿será
esto lo correcto? Dejando caer la lengua, sudando con el esqueleto en llamas, después de
todo él no habrá sido el único que lo intentaría. El pobre diablo cerró la ventana, el bullicio lo abatía, estaba
acongojado dando vueltas alrededor de su escritorio, su fragil fe buscaba amparo en el vaso
de whisky, escuchando su propio silencio,su corazón virgen desnudaba su traje y corbata
del pecho. Los minutos pasaban y un trago de licor era lo único que podía digerir, aún
faltaba 10 minutos pero cada segundo azotaba sus pensamientos y el libreto construido días
antes parecía desvanecerse, su personalidad férrea que había edificado desde los 20
se veia palidecer, sabía que arriesgaba todo por unas palabras que se hallan olvidadas en la
conciencia de muchos. Enseguida volvió a leer el papel,a pesar que se sentía orgulloso de
su proposito , le preocupaba lo que el destino escribiría sobre él . Agotado se llevaba
las manos a la cabeza perdiendo la fe y queriendo hacer una última llamada pero las
fuerzas no podían sostener su decisión , hasta que de pronto un golpe en la puerta lo hace
reaccionar, como si el tiempo se hubiese apiadado de él.Entra su secretario diciéndole que
su padre se encontraba al teléfono, pasmado por un cruce de emociones y sentimientos agobiantes, entrando en razón inmediatamente decide recobrar valor atendiendo a su progenitor, este sabía de alguna
forma que al cuerpo de su hijo no le cabían más latidos, y que su vida se estaba perdiendo entre líneas.
Entre la cordialidad del asunto el presidente no pudo contener más su pesar, le confesó
frunciendo el ceño que pensaba masticar sus propias palabras y dar marcha atras .Ante los delirios de su hijo, después de un
pedazo de silencio le dijo:
-Hijo, ¿te acuerdas del hijo del viudo Robinson, el pequeño Clark precisamente, tenía tú
edad recuerdas?––El desconcertado asintió con la cabeza inocentemente.
-Tu siempre te solías preguntar porque los muchachos se burlaban de él, y es que cuando lo
buscaban el vestía un mandil sucio y siempre estaba acompañado de su hermano menor, a
los siete años se descubrió que su padre, quien trabajaba para el gobierno, abusaba
sexualmente de él por proteger a su hermano menor de cuatro,es así que dos años después
del descubrimiento en el pueblo, fue encontrado en el suelo con un carta en sus manos que
decía:
“Quien lea esto, no sienta remordimiento, mi hermano y yo encontramos refugio en los
brazos de la muerte, no pude abandonarlo aquí, no esperamos nada excepto que nuestros
nombres descansen lejos de aquí”
-Mira hijo, Si decido contarte esto es para que recobres la fuerza que está falleciendo
dentro de ti, pero no debes seguir ignorando a ese tipo de personas. Hay casos,como el de
Clark regados y escondidos en cada rincón del país y del mundo,y que nadie se atreve a
desenterrar por miedo a ser sepultados junto a esos miles de inocentes. yo entiendo que lo que vas a hacer
es digno de un cadáver más que de un hombre, pero ahora debes enraizar nuevamente tus
pasos en este suelo, recuerda todo lo que trabajaste alrededor de la mesa, ellos
confiaron en ti y poco a poco tiraste del telón para terminar de develar sus verdaderos
rostros,rostros los cuales llevan a la humanidad en su mandíbula––bueno mira el reloj––los
segundos no valen lo que eran antes, ya estoy sintonizando el canal por donde pasaran tu
discurso, sé que volveremos a hablar,hijo, deseo que llegues a exprimir tus últimas palabras y que...
Dicho esto el teléfono se corta la llamada por alguna extraña razón, luego de esa pesado mensaje, no
supo cómo sentirse motivado o intimidado, ahora la mirada de aquel hombre era cien veces
perdida, el pasillo de la casa blanca y su historia empezaban a devorárselo, los nervios lo
ahorcaban, se sentía menos ágil , apesar de ello torpemente logró mantenerse de pie pensando en
posarse en su atril.Con el llamado de su equipo de trabajo, borró cada expresión de
debilidad y comenzó a saludar a cada político, mientras los miraba, en esos ojos ajenos
podía ver en su reflejo que seguía pálido y ausente en él, en este día en el que la pisada de
dicho hombre pesan en sus pobres hombros y dicha respiración se hacía insuficiente.Tras
unos minutos podía ver que el circo se amontonaba fuera de la casa blanca, llegando al
punto más alto,pudo divisar la jungla de concreto,las serpientes se acorralaban a sí mismas,
desesperados cuervos buscaban su mirada.Entre su mirada disparada a los edificios, y de los edificios al
cielo, en ese inquietante y tranquilo ambiente por primera vez sintió cálidos los golpes de sol en su frente,
apreciando lo que Dios había dado a luz tiempo atras: su patria. Entre esos suspiros de nostalgia,admirando
el paisaje,con las manos puestas sobre el podio frente a la marea de personas, es cuando su mirada lentamente se perdía más allá del tumulto, a lo lejos sus se estancaron en lo que era un ángel frágil que había resbalado del cielo hace
no más de seis años, su naturaleza perseguía su inocencia, inocencia que moldeaba la
calma del presidente, arrancándole una sonrisa, sonrisa que fue apagándose al ver que los
pasos de lo que parecia una niña asiatica se detenían en un salto en los brazos arrugados de un magnate
demacrado cuya blanca barba enroscaba su tosca sonrisa, el lo sabia, esa pequeña escena era una
metafora de lo que el mundo se convirtio. Ante esa oscura imagen solo atino
a desviar su atención al cielo, y en la nada encontró una razón a todo,enseguida recobró la
conciencia de donde estaba, dejó de ver al cielo como si no hubiera nada ahí, fue en ese
momento que pudo digerir lo que iba a hacer y sus pies ya podían deslizarse en dicho
escenario,como si la valentía de alguien en sus últimos segundos corriera por sus venas,
aprovechando esto, guardó silencio un momento, en ese momento de quietud sintió un
impacto––¿realidad o delirio?––fue entonces que dio un forzado y enérgico paso al frente, y
saludo a la población con un voz contundente y profunda ,mientras ignoraba una
incomodidad en el pecho, el público respondió expectante y con silbidos, los niños
desafiaban el orden, él entonces pudo cortar la efusividad y comenzó su discurso.
“He labrado esta tierra desde los 15 años,las venas de nuestros antepasados enraízan esta
tierra, el sudor de miles le dio vida a la cosecha, sobre las faldas de nuestras mujeres
reposaron los engranajes que harían funcionar nuestra patria, aquellos personajes
destacables como John Kennedy quien tuvo una fascinación por las mujeres pero siempre le
fue fiel a una, a su patria, lastima que ese amor enfermo lo llevó a perder la cabeza y ser un
agujero en la historia. Es asi que, hoy me apena decir que la cara cubierta de la luna ya no
puede ocultar más la verdad, el corazón con escamas de nosotros enrosco la conciencia,
solo veo cuerpos decadentes con la mirada enterrada en sus ombligos, veo a los olvidados,
aquellos que hace mucho dejaron de mendigar por monedas a cambio de respuestas, y es
ahora que solo veo al polvo convertido en hombre y quien me lo niegue no es más que
polvo sin nombre, desdichadamente caminando entre la membrana de esta ciudad, veo la
bandera que flamea ante las cabezas de aquellos que celosamente cuidan los bolsillos
sedientos del bufon emperador ¿por qué les digo esto? Porque un día como hoy, dejó ser importante
,porque la desgracia masticada por los ratones fue la astucia para la ceguera del águila, porque hay falsos
apóstoles que esconden la carne inocente bajo la mesa, porque los siguientes nombres que mencionaré
protegen los intereses de quienes........
En ese momento el pecho del presidente dio un salto,
las palabras fueron despidiéndose dentro de sí, y es así que un desfibrilador lo trajo de
vuelta del desmayo en medio de la calle,los que lo rodeaban agitados balbuceaban que
intentaron matarlo ni bien comenzó su mensaje, una desgracia tras otra pues todas sus palabras nunca
fueron escuchadas habia estado incosciente. Su mirada era confusa,sus palabras se ahogaban en un
charco de sangre, la respiración era agitada los nervios lo asfaltaban, en seguida los paramédicos
intentaban mantenerlo estable a toda costa, mientras despavoridos
la personas pisaban las banderas, el caos desató un calma en las calles que por primera
vez estaban desoladas de avaricia y la codicia gateaba desaforadamente en el tumulto,
cuando en un instante que todos se separaron de él, como si un mandato de dios lo
ordenase, el silencio que se hacía familiar se ocultó ,una sombra se acercaba con la calma
del sol, ya a unos pocos pasos con la vista borrosa ve a un hombre vestido de blanco quien
lo subió a una ambulancia,comenzando así a conducir sin prisa, el presidente con pocas
fuerzas,agonizando, logra ver que llevan a otro parecido a él en otra furgoneta, estupefacto
por el acto le preguntó al desconocido quién era, este sin apresurarse le contestó
esquivándole la mirada y centrándose en los movimientos de la policía, “Quien piense ir en
contra de las riendas del mundo, el mundo lo sepultará, a pesar que este luche por su bien”
en ese instante de desasosiego logra divisar un arma que lentamente se deslizaba del
bolsillo del misterioso hombre, en su último aliento se abalanzó sobre dicho juguete, y riendo
nerviosamente le pidió que se detuviera pero era en vano, el hombre ,quien seguía
conduciendo la furgoneta blanca, calmado mientras fumaba, con su tosco acento
canadiense le dijo :
-“Si borras mi nombre por arrancarle una hoja a la historia, cuando sobreviva––¿Te has
preguntado cuánto tardará el pueblo para pedir clemencia por los pecados de barrabás y
condenar tu nombre?” ––dicho esto el presidente se abandonó a sí mismo, perdiendo su
religión, su mirada se alejaba toscamente de sus cuencas,él lo sabía,su país lo había
condenado desde su nacimiento, y lentamente su corazón se despedía del cuerpo, su
cuerpo se despedía del mundo, y mudamente su alma, en un breves pasos, se hizo eterno.
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