Quisiera escribirte, pero ¿para qué?
Si ya sé que no vas a contestar.
Quisiera preguntarte qué pasó,
pero creo que la respuesta me la diste con tu ausencia.
Nos vimos, nos reímos,
nos quedamos hasta tarde hablando de la vida
como si el tiempo nos sobrara,
como si esto no fuera a terminar.
Pero de a poco empezaste a alejarte,
los mensajes tardaban más,
las salidas se hicieron menos,
hasta que un día el silencio se quedó a vivir.
No sé si fui yo el que inventó algo que nunca existió,
o si en algún momento de verdad estuviste acá,
pero duele igual, porque aunque no te perdí,
de alguna forma me quedé sin vos.
Y me quedo con eso,
con lo que fuimos o lo que creímos ser,
con las noches de verano que ya no se repiten,
y con las ganas de escribirte,
aunque ya sé que no vas a contestar.
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