Lo que es para vos, llega sin ser forzado

Aprendí por las malas que no podés obligar a nadie a quedarse en tu vida, ni forzar que algo suceda cuando simplemente no es su momento. Hay personas que te van a querer, y otras que no. Es parte del juego. A veces, lo más sabio —aunque cueste— es aceptar que las cosas son como son. Y confiar en que lo que realmente tiene que llegar, llegará. Para eso existen el destino, el tiempo y lo que está escrito para cada uno.

No siempre es fácil aceptar que hay situaciones fuera de tu control. Pero es necesario. No podés decidir por los demás, ni manejar cómo te van a tratar. Lo único que podés hacer es ser honesto con lo que sentís y dejar que el resto muestre quién es con sus actos. Porque las acciones, más que las palabras, revelan si alguien realmente te valora.

En los vínculos, la comunicación importa. Pero también hay que saber cuándo dejar de explicar una y otra vez cómo querés que te traten. Suplicar no sirve. Hay quienes no te cuidan no porque no entiendan, sino porque no quieren hacerlo. Y no importa cuántas veces les digas lo que necesitás o te convenzas de que van a cambiar: si no lo eligen por sí mismos, nada va a pasar.

Eso duele, claro que sí. Pero también te recuerda algo fundamental: merecés mucho más. ¿De verdad vas a seguir atrapado en el mismo círculo, repitiendo la misma historia, cuando allá adelante hay personas que te van a amar sin condiciones? ¿Vas a permitir que te lastimen una y otra vez?

Recordá esto: lo que fluye, que fluya. Lo que se va, dejalo ir. Lo que llega, bienvenido sea. Lo que se pierde, aceptalo. Lo que pasa, dejalo ser. Porque forzar solo desgasta. En cambio, esperar lo que es auténtico y recíproco trae paz.

Nunca te pierdas a vos mismo intentando encajar en la vida de otro.

Y cuando llegue ese momento, cuando cruces caminos con las personas correctas —ya sea un amor, una amistad o un encuentro inesperado— ojalá nada se interponga. Ojalá te traigan calma, risa, y un poquito de esa felicidad que todos merecemos. Y si todavía no aparecen, no desesperes. Puede que el universo ya esté trabajando en eso, aunque vos aún no lo sepas.