lo natural de amar

Quiero hacer el amor como revolución, como consigna. A veces el dolor se esconde en la punta de las pestañas y se atrinchera en los párpados como muestra de supervivencia febril, sin remedio alguno, pero es urgente la ternura, el lenguaje, es imprescindible sublevarse y que sea techo y pared y sábana. Es necesario el beso como credo, la caricia como oxígeno, la posibilidad y la consecuencia. Debe hacerse vida en donde las flores son eternas, aprender de memoria las letras de tu abecedario, dejar espacio en el cuerpo para que habiten ahí todas tus caras.

Quiero que el amor sea bandera, palabra y tacto. Hacer desaparecer la vergüenza que acecha en el ser vulnerable, ser tormenta una y otra vez. Amar con debilidad y con fuerza, con flexibilidad e intransigencia. Debe serlo todo, mutar, expandirse, desaparecer y volver a empezar. Será entonces fuente de vida, un río con caudal constante, agua que humedezca el sexo y la mente. Envolverá todo de color azul y hará que en el aire habiten todas las palabras que suenan a tu nombre que se vuelve oración cuando digo que te amo.

Quiero hacerle odas al amor incluso cuando le tenga rabia, cuando haya silencio, cuando las palabras se me agoten y no nos veamos las caras por un tiempo. Amaré sobre todas mis tristezas para que no les falte nido a las flores que nacen tras un beso y un poema, guardaré mi piel para que escriban todos los lenguajes donde encontraron la palabra amor escondida.