Lo indigno de este existir.

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Vivimos porque hay que vivir.

A quien le guste la sociedad, las sociedades humanas que hoy plagan el mundo (sí, la Humanidad es una plaga) es una persona descerebrada.

Todo es descabellado en este modo de vida al que hemos llegado.

El consumo de alimentos, de productos, de energía, del mismo tiempo. Prisas, prisas, prisas.

Guerras, hambres, opresiones, esclavitud, carencias, abusos, usura, insatisfacción, depresión, adicciones, enfrentamientos...

Se llena el existir con todo eso.

Enemigos todos: los pobres, los inmigrantes, los de otra fe, los de otro equipo, los de otro pensamiento, los animales del campo; el campo mismo ¿Por qué no se puede construir en cualquier sitio?

Que se armen los Estados para luchar contra sí mismos.

¿Qué Estado quedará si solo hay para misiles?

Los Pueblos, en guerra contra sí mismos.

Europa está en el centro de una diana de destrucción. No hay dos modos de entender el mundo; no es esa la cuestión. Solo es una cuestión de imponerse sobre el otro. Este y oeste se repartirán el botín.

No bebimos haber parido. No nos debieron parir.

¿Para qué?