La lluvia llegó a confirmar lo que siempre he dicho, cada gota es para algunos cada una de sus lágrimas, otros cada uno de sus deseos, habrá quienes dicen que solo les trae mala suerte. Yo prefiero decir que en la lluvia encuentro una razón más.
Un motivo por el cual escribir, las ganas de verte, cada beso que entre las manos de la lluvia me debes y aprender a bailar a su ritmo como si marcara un compás.
También en ocasiones me pone triste, no siempre sé el por qué, sin embargo, el agua que cae del cielo es siempre una fuente de inspiración. Depende mi estado de ánimo.
Hoy mientras sentía los golpecitos en las mejillas, me llegaban los recuerdos de las veces que me acariciabas y el repentino beso con el que me destruiste todos los esquemas. Después no supe si lo que me hacía cosquillas eran las gotas o alguna lágrima se coló.
El viento me despeinaba, mi lado iluso quiso ofender qué pasabas tus dedos entre mi cabello, y al mirar al cielo me di cuenta que estaba por completo solo, una vez más.
Ver llover es para mí muy placentero, tener sentimientos es muy mala combinación, al final solo confirma, como en mi caso, que yo si me había enamorado.

Roberto García
Hombre arcádico con sentimientos farádicos. Escritor esporádico, iluso creador gonádico. Con amor pleno y poeta maniático, pero, poco simpático...
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