Llena el vacío con pasiones difusas.
Llena el vacío con proyectos de vida.
Llena el vacío con propósitos sin sentido.
Los alcanza, y el vacío sigue ahí. Se vacía poco a poco porque nada puede tapar el agujero que lo genera. No tiene nada, ni la apatía creciente que la acompañó durante los últimos años.
Se envuelve en seguridad, cifra sus palabras en jeroglíficos ininteligibles. Se pregunta si es un gato negro en Londres, si es una paria destinada a a la no pertenencia. No puede contestar quien es o que la define.
¿Qué es ese sentimiento que nace de su pecho y la envuelve en negrura?
El vacío se drena goteando al compás del tiempo.
El vacío se queda y ella cae en la iteración.
El vacío no se llena.
Emma Gamow
No soy buena con las biografías ni con los títulos pero quizás si con las palabras que brotan del teclado.
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