Ley de Etiquetado Frontal: Cómo influye en los Trastornos de Conducta Alimentaria
Abr 15, 2024
El otro día estábamos por desayunar con una amiga y cuando le pasé el paquete de galletitas, me dijo que mejor comía una fruta. ¿El por qué? las galletitas tienen 4 carteles negros enormes que dicen exceso de grasas, azúcares, etc.
Esta situación nos llevó a pensar en algo que no se evaluó al momento de sancionar la Ley de Etiquetado Frontal que es cómo inciden estos carteles sobre las personas que tienen algún trastorno alimenticio. Retrocedo.
Argentina está en el top mundial de países con mayor cantidad de casos de trastornos en la conducta alimentaria. Para hablar con números, aproximadamente el 70% de las mujeres no está conforme con su cuerpo y el 60% admite querer adelgazar. En este contexto, 1 de cada 3 mujeres jóvenes en nuestro país sufre de algún trastorno alimentario.
Algunas características comunes a todos estos trastornos -como la anorexia o la bulimia- son la preocupación excesiva por el peso y el físico, la distorsión de la imagen corporal, y las prácticas reiteradas de control del peso.
En el año 2021 se sancionó la Ley 27.642 conocida como “Ley de Etiquetado Frontal”. Por ahí les suena porque ahora la gran mayoría de los productos alimenticios vienen con un cartel negro que dice “exceso de….”.
La cuestión es la siguiente, esta ley se sancionó con el objetivo de garantizar el derecho a la salud y a una alimentación adecuada y advertir a las y los consumidores sobre los excesos de: azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías, principalmente.
Sin embargo, creo que nadie pensó en este alto porcentaje de la población argentina que cuenta las calorías que ingiere por día, que evita cualquier alimento que engorde, que no quiere comer. De hecho, una técnica para salir de esta situación es tachar la información nutricional antes de comer, y hoy en día no podés comprar un paquete de papas fritas sin pensar que te vas a morir de excesos.
Dato de color, hace pocos días se viralizó en twitter la imagen de un queso crema light que traía los sellos de “exceso en grasas totales” y “exceso en grasas saturadas”, haciendo alusión a que ya no se puede consumir ningún alimento que no contenga estas advertencias.
Más allá de si estamos o no de acuerdo con el etiquetado frontal, después de esa situación con mi amiga nos quedamos pensando, ¿esto no repercute en las personas que sufren de Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA)? El cartel que dice “exceso de azúcares” o “exceso de grasas”, y que supone estar garantizando el derecho a la salud, ¿lo está haciendo realmente?
Sí, es cierto que uno tiene derecho a saber qué está comiendo y sí, es cierto que si uno quiere evitar el sodio o los azúcares porque tiene alguna enfermedad los carteles ayudan. Pero, por otro lado, ¿no es cierto también que si alguien está dudando en ingerir un alimento o no hacerlo por una cuestión vinculada a un TCA, los carteles influyen para que no lo haga?
Por ahí podría pensarse otra solución que ayude a evitar la aparición de enfermedades crónicas y/o que proteja el derecho a la salud de los habitantes argentinos.
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