—Una historia de Helldivers 2—
En los cielos, un coloso se mueve libremente. Toneladas de acero que parecen una simple hoja de papel… capaz de arrasar con todo a su paso.
Mi hermano, Psycho Holiday… ¿realmente está muerto?
¡NO! ¡ME NIEGO!
Siempre preferí trabajar solo. La misión es lo único que importa. Lo recordaré como quien fue… pero no ahora.
Con su heroísmo, obtuvimos ambos códigos. Solo había un detalle: el maldito Leviatán.
Pero sé qué hacer.
Voy a derribar a ese hijo de perra.
—Águila, tomá los códigos. Dirigite al centro. Hacé lo necesario para cumplir la misión. Yo voy a ganar tiempo. Voy a derribar al Leviatán.
—Pero señor…
—Ahora...
…No estoy de humor.
—¡SÍ, SEÑOR!
Águila se dirigió al objetivo. Yo me quedé con el show.
A estos calamares del Averno les di un pequeño regalo:
¡UNA DESCARGA DE NAPALM!
¡TOMEN ESO! ¡TOMEN ESO!
Con el campo enemigo un poco más despejado, pude concentrarme. Activé mi cañón Cúazar: potencia de fuego superior.
Era difícil acertarle al Leviatán, tenía que moverme fuera del campo visual constantemente. Pero difícil solo significa tardar un poco más.
Tomé una posición alta, reveladora pero perfecta.
—Piedra… papel… o tijera…
¡PIEDRA! ¡Y VOS TE CAÉS!
El impacto fue perfecto… pero solo dañó una parte de su armadura.
Entonces el Leviatán comenzó a recubrirse con un aura violeta… y disparó su láser.
Corrí lo más rápido que pude, esquivando enemigos. Cada vez eran más.
El fuego del Leviatán cesó. Estaba rodeado.
—¡Maldición… estoy rodeado!
Entré en un callejón, pero no podía recargar mi arma.
La horda me pisaba los talones.
Una voz cortó mi desesperación. Una voz familiar, llena de ira.
—¡AL SUELO!
No dudé. Solo me tiré. Una linterna me cegaba, no veía nada.
Casquillos caían. Enemigos morían. Una luz y un fuego arrasaban con todo.
Me uní al fuego para exterminar a esa plaga.
La última bala cayó. Una mano se extendió.
Era el único hombre en quien confiaría mi vida.
El hombre dispuesto a morir por la misión.
El único a quien llamo hermano.
Psycho Holiday.
Sin preguntas, solo dijo:
—Sobreviví de milagro. Me quedé sin munición. Después te explico. Vamos a destruir esa hojalata, estoy harto. Nos quedan 10 minutos… ¿tu Cúazar tiene munición?
—¿Y el tuyo?
—Yo no tengo… ooooh, ¿eso es un regalo de navidad?
Encontramos un cañón más. Con dos Cúazar… el Leviatán tenía que caer.
Tomamos posición alta. Usamos torretas para contener a los enemigos.
3… 2… 1…
¡FUEGO!
¡FUEGO!
El disparo fue perfecto.
—¡Piedra, papel o tijera!
¡PAPEL! ¡EL FUEGO TE CONSUME!
El Leviatán cayó contra un edificio. Estaba herido. Nos preparamos para un último impacto.
—Iricai… ¡son demasiados!
¡El equipo Águila está siendo atacado por hordas!
No podremos solos.
—Tengo algo. Sé dónde hay un meca. Está cerca de Águila.
El Leviatán está herido. Te voy a cubrir.
Vamos a destruir a esa escoria antidemocrática.
Corrimos a máxima velocidad, controlando las masas. Cada Helldiver en su puesto.
Psycho Holiday saltó desde un edificio directo hacia el meca.
Águila tomó terreno alto con los Cúazar.
Y yo… yo iba por la misión.
El Leviatán y Psycho tenían cuentas pendientes.
El tiempo escaseaba: solo cinco minutos.
Usé las coordenadas y apunté hacia las naves nodrizas.
Un láser se acercó hacia mí… pero dejó de disparar:
un meca estaba castigando al Leviatán sin piedad.
—¡TOMÁ UNA TAZA DE LIBEEER-TÉ!
Usé un lanza-cohetes descartable.
Dos misiles. Impacto directo.
OBJETIVO SECUNDARIO: DESTRUIDO.
El rey de los cielos se desplomó, enterrándose y arrastrando consigo una horda completa.
Contuvimos a los últimos engendros.
Un ángel de acero impartió justicia.
Dos cadetes demostraron su valía.
Solo quedaba un paso.
—¡Iricai! ¡Tu momento es ahora! —gritó Psycho.
—Piedra… papel… o tijera…
¡TIJERA!
¡MISIÓN CUMPLIDA!
Naves nodrizas destruidas.
Y justo a tiempo para abandonar este planeta… que ahora, gracias al trabajo y la dedicación de cuatro héroes…
es propiedad de la Súper Tierra.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.

Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión