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    < aquel nombre >

    nar-u

    Jun 13, 2025

    115
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    Hoy, tu nombre es solo sinónimo de dolor:

    nostalgia, desespero y desolación.

    Como si, al pronunciarlo, acudieran corriendo

    el tormento y el desconsuelo,

    pretendiendo abrigar, con falso consuelo,

    lo que dejaste tirado en el suelo:

    triste, destrozado y deshecho.

    Mi corazón se quiebra un poco

    cada vez que resuena tu nombre,

    como si la herida, ya vieja,

    decidiera agrietarse entonces.

    No hay sangre. No hay gritos.

    Solo un silencio que duele,

    un eco en el hueco que late lento

    cada que tu nombre vuelve.

    No importa quién lo mencione

    ni en qué momento lo diga;

    si tu nombre llega de golpe,

    todo en mí arde deprisa, sin medida.

    Y yo, tan callado, tan frágil,

    solo me deshago en ceniza,

    recordando aquella luz

    que eras tú en mi vida.

    Hay tardes en que la lluvia cae

    y, gota a gota, se lleva lo poco que tengo.

    Otras, llega la tormenta,

    y entre sombras y suspiros

    vuelve tu voz… y me pierdo.

    Me acuerdo de lo que fuimos,

    de lo que nunca dijimos,

    de aquel "te amo" callado

    que quedó en el abismo

    y que, ahora también… en el olvido.

    Tu nombre es la llave rota

    de un hogar que ya no espera,

    un eco suspendido en el tiempo,

    una herida que no cierra.

    Es fragmento de un cristal hermoso

    que aún temo —y anhelo— soltar.

    Habita en canciones nuestras

    que hoy me suenan extrañas;

    en calles sin regreso,

    en despedidas sin palabras,

    en cartas que nunca envié,

    en poemas que dejé a medias.

    Aun así, no olvido que tu nombre, un día, fue

    verso, estrofa y rima en mi poesía.

    También fue dulzura, amor y cobijo

    para esta alma mía, tan carente y tan vacía.

    Aun así, recuerdo que tu nombre oscilaba

    entre el sentido que mi alma anhelaba

    y aquel rincón que yo llamaba hogar,

    donde mi mundo solía descansar de su tempestad.

    Hoy, tu nombre —pensarlo, decirlo o apenas oírlo—

    me desgarra, me descose, me hiere.

    Quisiera que fuera al revés:

    que curara, que suturara, que abrazara,

    que el mundo girara de nuevo

    y regresara al instante

    en que tú y yo aún creíamos

    que tan solo nuestro amor bastaba.

    nar-u

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