...
De tu mano.
-Se me habían caído las bragas, por eso...
-¿Usas bragas?
-No, no...bueno, casi nunca. Alguna vez, jugando, ya sabe...
-Jamas me he puesto nada de eso ¿cómo se te cayeron? ¿No llevabas pantalones?
-Joder, no es eso. Las acababa de comprar y, estaba apoyado en la barandilla del puente... se me escurrió el paquete de entre las manos. Eran para un regalo.
-Un regalo para...
-Lambert, mi novio.
-¿Él sí las usa?
-Solo, como le he dicho, cuando jugamos...
-Está bien, dejemos eso por ahora. Se te cayeron al Sena y te tiraste al río para recuperarlas ¿es así?
-No. Las vi caer. Las seguí con la mirada, y, entonces lo vi.
-¿Qué viste?
-Al niño que se ahogaba. Por eso me tiré al agua.
-No sabemos nada de un niño ahogado ni rescatado ni nada.
-Sí, ya lo sé. Me lo dijeron sus compañeros. Pero yo lo vi.
-¿Drogado ?
-Dudo que un niño tan pequeño...
-Tú, imbécil ¿Consumes algún estupefaciente?
-Pues claro ¿cómo si no se puede soportar esta mierda de existencia?
-Entonces quizás...
-No. Es fácil acudir a eso, pero esa mañana solo había tomado un café.
-Te salvaste de milagro. ¿Eso te parece normal?
-Los milagros entran en contradicción con la normalidad.
-Ya. Muy listo. ¿Puede ser que el niño fuera otra cosa? Un plástico, un muñeco...
-En aquel momento yo vi un niño. Ahora ya no lo sé. Espero que fuera un bidón de gasolina o una mochila, sí. Un muñeco. Ojalá.
-El caso es que cuando te sacaron del agua estabas ensangrentado. Por eso nos llamaron del hospital. No tenías ninguna herida. Podía haber sido una hemorragia nasal o algo así, pero la sangre, humana, no era tuya.
-Ya se lo he dicho. No tengo ni idea de eso.
-Otro milagro.
-Sí, la transubstanciación del agua del Sena en sangre para mi pena.
-¿Eres religioso?
-¿Y qué importancia tiene eso?
-Yo decido...
-Ya, ya. Usted decide lo que importa y lo que no. Aprobé la Primera Comunión y jamás he repetido un curso.
-Te muestras muy chistoso, para estar en una situación tan delicada.
-¿Delicada? ¿Se me acusa de algo?
-Hay un hombre muerto, apuñalado. Apareció a unos cien metros de donde fuiste sacado del agua. La sangre es de él.
-¿Creen qué...?
-En el hospital les costó, pero lograron arrancar este puñal de tu mano.
-Tampoco sé nada de eso... ¿Y no han encontrado las bragas?
Vale.
A Noemí.
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