Cuando a Alicia le decían que no podía creer en cosas tan absurdas como sus imposibilidades para inspirarse, de todos modos lo hizo, porque tenía fé. Qué somos si no tenemos fé en nada? Acaso hay alguien que no crea en algo al final del día, en la situación más extrema que se pueda encontrar? No es un cuestionamiento constante de nuestra fé, la permanente afirmación de la misma? Aún en laverintos (porque dudo que hayamos llegado jamás al tope de la existencia dónde no podamos realmente salir, como para llamarlos laberintos), siempre hay una mano, una sonrisa, una caricia, una mirada, que se convierten en mundos.
Y qué es el mundo, cuando logramos poner "todo" en perspectiva? Es más que un paseo de nuestras almas en un envase descartable? Realmente dejamos marcas en el mundo siendo polvo de estrellas? Somos tan trascendentes? Tal vez algunos más que otros, tal vez depende de la misma perspectiva que cada cual adopte. Porque como sabemos, nada es realmente como lo vemos, nada es, si vamos al caso. La materia nunca se toca en verdad, nos deshacemos y seguimos formando parte del cosmos. Nuestro alma no desaparece porque existe. Pero, existe? O es una invención nacida de un deseo de inmortalidad o evolución? Teorías sobre la reencarnación dicen que siempre elegimos el mismo contexto kármico para volver a nacer, hasta sanar patrones ancestrales. Y cuándo los sanamos, a dónde vamos? A una próxima etapa histórica de la evolución humana? A otro lado? Al lado de un ser superior?
Ésta soy yo, siendo optimista y cuestionando y desmenuzando los pensamientos intrusivos que a veces me atormentan. Porque en la oscuridad todo se ve distinto, o no se ve.
Por hoy, elijo hacer de mi laverinto una suerte de refugio, de todo lo que ni siquiera puedo imaginar que podría ser peor. Por hoy, elijo reírme hasta parecer una loca, amar tanto que incomode, llorar los duelos diarios como si el mundo (mi mundo) fuera a acabarse, tomar mis sueños como mensajes, señales de mi ser superior que no está ni cerca de despertar (al menos no aún). Me parece injusto pensar que tal vez sólo a cierta edad llegamos a cierto conocimiento interno, pero a la vez es un alivio. Una vez que viste, no podés volver a no ver y a veces puede ser muy solitario. Tal vez nuestro organismo nos protege permitiéndonos ver de a poco, asumir, procesar y continuar.
Y seguir por nuestro laverinto.
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