Lastimadura

Escribo

me detengo

pienso

por qué ésta vez iba a ser diferente

Divago

fumo

borro

qué otra cosa podría hacer yo,

después de la formidable batalla que dio mi cuerpo por resistirte,

más que honrar

con algo del orden de lo escrito

su inminente derrota

Escribo, escriboescriboescribobo

bobo

lloro

te puteo

me odio

te quiero?

Ya no me acuerdo

Sólo sé que las ganas que tenía de darte un beso

se me iban achicharrando

cuanto más saboreaba lo que salía de tu boca,

todas cosas que no quería escuchar

que ya escuché

que ya sabía

ya sé, no me digas

guardátelas

tragátelas

bien tragadas

bien que te gusta

Pero no,

me las escupías

como se escupe un chicle ya insípido de tanto masticar

Yo te miraba

entre embobada por lo crudo de tus facciones

y preocupada por no olvidarme ninguna de tus pecas

y dolía

Dolía el pasto de ese parque insípido

dolía el flaco que nos vino a pedir guita mientras yo lloraba

Dolía como si una herida en la corteza de la tierra hubiese encontrado su cauce en mí, en el flaco, en saavedra

y con su fuerza natural se fue abriendo paso por mi carne

pasando por la cresta derecha, entre los omóplatos

y justo en el huequito que se me forma en las clavículas

-Las clavículas-

en ese momento las sentí como nunca antes;

quise arrancármelas y meter mi mano por el agujero

pasar por atrás de mis tetas,

llegar a mi corazón y apretarlo

ahorcarlo,

tironear hasta separarlo de las aortas

sacármelo y exprimirlo en tu cara

Y después hacer lo mismo con el tuyo,

completar con alguna piedra que encontrara por ahí

y ponerme a hacer malabares con las manos llenas de sangre

y el pecho lleno de vacío

para que veas lo que se siente

Suena el timbre

no atiendo

no espero a nadie

ya no;

no quiero jugar más

al subeybaja emocional

quiero que me digas que no querés verme más

y que te vayas bien a la mierda

así puedo buscarme la lastimadura tranquila