Hace unos días el Sr. Jorge Macri subió a sus redes un video publicitando su gestión -que vaya a saber uno cuánto pagó por eso- titulado “operativo especial de limpieza”. Le falto aclarar que lo que ibamos a ver era la limpieza de gente en situación de calle.
Para quienes no vieron el video, los invito a entrar al Instagram de Jorge Macri y ver un sketch digno de Capusotto: un compilado de imágenes mostrando familias durmiendo en distintos lugares públicos tituladas “antes” y fotos del mismo lugar sin esas personas, tituladas “después”. Todo ello bajo la consigna “estamos limpiando la ciudad”.
Personalmente creo que todo en esa campaña está mal. Desde la idea, las formas, el hecho de que su equipo se haya tomado el trabajo de fotografíar a una familia durmiendo en un banco para luego poder tomar la foto del banco vacío… todo está mal. Todo es deshumanizante. Todo da ganas de vomitar.
Aún peor es la forma en la que se transmite el mensaje y la idea que se quiere implantar en la sociedad: el lugar está sucio porque hay gente que duerme ahí, y la solución es tan fácil como llamar al número que te dejan en su web para que el gobierno se apersone al lugar, obligue a las familias a trasladarse, les tire los colchones a la basura, y pase la hidrolavadora.
Yo realmente me pregunto si Jorge Macri piensa que a esas familias les gusta dormir en la calle y honestamente cree que la solución al problema de la pobreza es correrlos y manguerear la vereda para que los vecinos y vecinas no los vean.
Como corolario del video, Jorge Macri salió a defenderse de las críticas reconociendo que el video publicitario fue “poco feliz”. Por mi parte, considero que poco feliz es otra cosa...el video es un desastre y no entiendo cómo todavía no lo borraron.
Sin embargo, lo peor de todo no es que Jorge Macri y su equipo hayan registrado estas políticas para un video y lo muestren orgullosos; lo peor de todo es que lo están haciendo.
Me gustaría invitar al Jefe de Gobierno a reflexionar sobre los valores cristianos que dice tener y a amar al prójimo. De nada sirve que se presente en las cenas de caridad si a la hora de actuar su único objetivo es dejar de ver gente durmiendo en la calle.
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