¿Me tomas por tonto, por algún tipo de ser inconsciente? ¿Crees que mi vida y mis esfuerzos no valen nada? ¿Crees que no veo tus manos? ¿Crees que, emergiendo desde las sombras abismales, podrás ocultar cómo destrozaste mi existencia interna?
Has osado llamarme sensible y exagerado, mientras corrompías mi alma y reías malévolamente al ritmo de la desaparición de mis oportunidades de construir una vida real, dejando solo a todo lo que no se parece a ti.
Desde los recovecos más cobardes de mis pensamientos vienes a empujar mis conclusiones como si yo fuese un proyecto para la nada. Te ríes sádicamente de mis deseos y de la destrucción de mi vida, afectada por tus actividades invisibles. Destruiste todas mis defensas con martillos de disonancia cognitiva, pasaste por encima de mis límites sin consecuencias, manteniendo un estado de constante confusión, y dejaste salir, cuando no podía hacerte daño, una bestia hambrienta de defensa y enojo, que se alimentó de lo primero que le miró feo. Desterrado de mis propios dominios externos e internos, como si mis luchas y esfuerzos no hubieran servido de nada.
Te ríes de mí, me tratas como lo que eres: una ilusión grotesca, una bestia inconsciente, una entidad inerte que reproduce actos que la dejan respirar. Desde mis más tenebrosos pensamientos te haces cargo de haber manipulado los hilos que me transformaron en la destrucción. Nunca he visto algo tan cobarde.
No merezco el trato de esta penumbra que me invade. Te escabulles en las sombras donde te he dejado y vienes aquí sin tocar la puerta, interrumpiendo mi genuino proceso mental para hacer notar que no entendí tus reglas del juego. Me engañaste, hiciste trampa. Y desde la más cobarde penumbra tratas de asegurarte de que lo entienda, para borrar tus huellas.
Te ríes de mis escrituras, caminas por mi sala, miras mis mapas, cuadros y post-its de colores en los que tanto de mí he dejado. Osas provocar y reír con vehemencia, diciendo que soy una niña que sola y tonta inventa. Te ríes de tus estrategias. Están por todos lados.
Escribir me encontró tratando de no morir, queriéndome y tratando de entender. Escribir fue arte y herramienta, que me salvó del abismo de la oscuridad. Me abrazó cuando estaba sola con mis subidas y bajadas emocionales, que repetían lo vivido para tu gracia. En el estómago me unía a un infierno inefable gritando mudo que no podía seguir con mi vida como si nada hubiera pasado.
Escribir me ordena y me mantiene viva cuando estoy en parálisis porque todo está destrozado. Y ríes y sigues riendo como si la vida fuese un juego. Sola, nadie va a devolverme el tiempo ni la vida que perdí en esta experiencia intracerebral. ¿Quién construye una vida a los 90 años? Todos mis esfuerzos han muerto. Ni las palabras lindas ni las feas me devolverán la vida.
No me devolverán los años muertos, la alegría quitada, ni la disposición ante una interacción normal. Tampoco me quitarán el miedo de poner algo de mí en una persona de confianza y que use para cualquier cosa. Y cuando llegue tarde y me pregunte si algo ha de pasar. Rompas mi duda diciendo que fue nada en realidad, y además me envía amables saludos.
No podía verlo a menos que fuera tarde. Todos los miserables pedazos aparecieron juntos, cuando se fueron alejando los martillazos. Hubo una situación muy sonriente, para ti. Desterrado infernal.
No existe circunstancia en la que las palabras puedan mágicamente desarruinar. De ninguna manera me devolverán la autoestima quitada en cada interacción donde la pregunta desaparecía con la respuesta. Y era tan progresivo que pasaba de nuevo y de nuevo hasta desconfiar de mi propia experiencia. Cuando necesité mi autoestima para defender la vida, no sabía lo que pasaba y aceptaba cualquier cosa que pasara.
Tampoco me devolverán el tiempo perdido. El terror se apodera de mí al embarcarme en una situación emocional. Que conectar sea temblar ante un infierno o un cielo sucesivo, terminando agotado sin entender qué acaba de pasar. Cuando necesité mi regulación emocional, estaba rota y reaccioné como un diablo putrefacto.
Bajo ninguna circunstancia me devolverán a las personas importantes que se han ido de mi vida en esta experiencia. No hay forma de que las palabras me devuelvan la capacidad de relacionar los abrazos y besos con cosas lindas y no con faltas. No volveré a tener con palabras una buena relación con el sexo y la psique. Las palabras no me van a devolver los sueños por los que tanto trabajé.
Las palabras no te quitarán todo el amor y disposición que di, sostenido en los dobleces en el estómago. Buscaba continuidad en esa forma de elegir. Pero ahora lo entiendo. Pero ¿me sirve de algo entender si debo vivir al costado del deseo y de los años que estuve construyendo? No lo creo.
Me repletas de rabia al reírte cada vez que miras mis mapas y caminas lenta y elocuentemente, con los brazos en la espalda y mientras sacas pecho.¿Crees que no sé de dónde vengo? ¿Crees que mi pólvora y dirección contra el patriarcado y capital son porque lo leí en los libros de historia y lo agregué a mi bio porque se me hizo bonito y rosa pastel? ¿Crees que nunca pasé frío para ahorrar?
Aquí no quiero perderme como soy. Se trata de ordenar para actuar con responsabilidad, no de destruir por destruir como haces tú. Y si te enoja mi ser, simplemente ahí tienes la puerta que nunca te atreviste a tocar.
-
Tal vez hay cosas que transformamos de nosotros, pero hay demonios que nos constituyen y no podemos cambiar. Podemos hacer algo con eso, canalizarlos, pero siempre se sentirán tan solos en la penumbra mental. Son como pequeños obscurus que buscan la continuidad. Son tan fundamentales en la constitución que no los podemos dejar morir porque sería tan poco sincero con nosotros mismos que se colarían igual y aparecerían cuando dejemos de pensar.
Mientras, en mejores momentos, intentamos transformar todo a nuestro alrededor, esos monstruos que nacieron para abrazarnos en los peores momentos lloran de horror y rabia, como salidos de un cuento de Lovecraft, y gritan "¡Traidor! Somos pocos, y nuestras almas se entrelazan en un conocimiento profano. ¿Quién te envolvió en su abrazo cuando la más inefable y devoradora sombra externa se infiltró en tu ser? Yo nací para encontrarte, y las fuerzas abominables abusaron de ti de maneras indescriptibles y ahora me haces a un lado. En tu transformación blasfema, distorsionas todo a mi alrededor y me dejas languidecer en un abismo de soledad, mientras me mantienes en un estado de agonía eterna. Me tratas como al cadáver putrefacto de lo que una vez fui, olvidando que fui yo quien te arrancó de las garras de la muerte. ¡Mátame y desciende conmigo a la perdición, o déjame continuar! No me condenes a esta infinita desolación."
Palabras más o menos no me van a devolver la persona que era, ni se desharán de la profunda rabia que me invade al notar las veces que osaste venir a mostrarme de la manera más escondida y cobarde e inmerecida cómo has aprovechado la sonrisa de las circunstancias, acciones e inexperiencia. Como quien viene a contar secretos en la penumbra secreta e infernal.

.f.
¿mi vida?¿Dónde está lo que yo no decidí perder mientras era maltratada, abusada y humillada con mi cuerpo en mecanismo de defensa? MI vida, cimiento de mis sueños. No esta basura.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.

Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión