Las mujeres que amamos demasiado, que no sabemos cuándo dejar de destruirnos por un amor ya roto.
Nosotras, que escuchamos nuestras canciones tristes en busca de una voz que nos comprenda, y que en cada poesia encontramos una frase que hubiéramos querido decirles a ellos, los objetos de nuestro amor. Nosotras, que en las palabras vemos expuesto el sentimiento de otras que también han amado demasiado y que hoy yacen en pena: algunas muertas, otras aún vivas, como fantasmas que van dando giros al mundo hablándonos de sus penas y sus esperanzas.
Las mujeres que amamos demasiado, que dejamos el cuerpo, la dignidad y la salud en el amor, incluso cuando nunca somos consideradas.
Nosotras, que engañamos al corazón con mentiras y decimos que aquel que nos escurre el corazón con una palabra, no era en realidad “el amor de nuestra vida”, solo para que los días puedan pasar sin aniquilarnos. Nosotras, que nos mentimos sobre nuestros sueños de amor y matrimonio para que no duela tanto saber que el protagonista de ellos se ha ido, dejándonos partidas al medio.
Las mujeres que amamos demasiado, que convertimos nuestras vidas en santuarios dedicados a personas que entran y salen de ellas, arrasando con todo a su paso.
Nosotras, que en el abandono debemos recoger nuestras partes, coser con manos temblorosas nuestras heridas y sobrevivir solas. Solas como siempre lo estuvimos, solas como siempre lo estaremos, y solas como tratamos de engañarnos para no sentirnos.
Nosotras, las mujeres que amamos demasiado.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión