solo espero que estés bien ahí afuera
solo rezo para que estés bien
aunque no hayas tenido piedad de mi duelo
aunque sigas haciendo de ti una herida limpia
aunque mi voz te alcance ahora
como un hilo que se rompe en el aire
deberías dispararme por no cumplir mi palabra
mírame
vuelvo al papel
porque no supe hacer otra cosa con el dolor
porque callar también dolía
soñé tantas veces con este momento
con que leyeras lo que dejé escrito en mi sangre
cada letra fue una forma de respirar bajo el agua
cada verso
un temblor que no quiso morir
qué triste pensar
que el año se acaba
y aún me dueles
pero menos
ya no ardes
ya no quemas
solo quedas ahí
como una espina vieja
como algo que un día
también fue amor
no te respondí
porque no sé qué podrías haber dicho
porque tú y yo sabemos
que no podemos existir juntas
ni para echarnos veneno
ni para fingir amor
me has hecho tanto daño
te he hecho tanto daño
hemos quebrado todo lo que tenía forma
he desfigurado tanto de ti
y tú
has desfigurado tanto de mí
que ya no sé quién respira en este cuerpo
ni quién mira
cuando me miro
quizá solo quedamos
como dos voces que se confunden
como un eco cansado
distante, tenue
que todavía se llama por costumbre
¿a qué huele el óxido de mi sangre?
¿a los trece años y su inocencia podrida?
¿o al rencor que fermentó cinco inviernos?
no sé si huele a niñez deshecha
o a esta adultez que sabe a polvo y pena.
no sé si huele a ti
o a mí
o a lo que fuimos
cuando aún no dolía nombrarnos.
mi corazón no podría resistir tu regreso
no podría
cada vez que cruzas mis sueños
me caigo dentro del sueño
como quien tropieza con un fantasma.
despierto con la garganta en llamas
y los ojos hechos lago.
hay madrugadas en que el llanto me levanta
antes que el alba,
madrugadas en que el silencio tiene tu olor,
y la noche,
tu manera lenta de dolerme.
te he rechazado
pero siempre termino arrepintiéndome
termino llorando
rogando que aparezcas una vez más
aunque creo que no soy yo la que llora
es la niña dentro de mí
la que aún te quiere
la que no entiende de finales
y su llanto me aturde
me deja sorda de mí misma
mis sentimientos se enredan
se confunden
se muerden entre sí
por eso no quiero que vuelvas
no quiero
pero te pedí diez mil veces
que no hablaras de mí
que fingieras que no existo
y nueve mil veces me ignoraste
y mil veces me hiciste caso
esas mil veces me bastaron para temblar
para creer que tal vez sí podíamos existir
aunque fuera desde lejos
aunque fuera en silencio
esas mil veces bastaron
para desordenarme la sangre
para creer que todavía
había un lugar
donde no dolía tu nombre
cualquier palabra tuya
me rompe
sea que me odies
sea que me nombres
sea que me cuentes de tu vida sin mí
todo me hiere igual
me colapsa la voz
me colapsa el cuerpo
desde lejos
y mientras más lejos
y más lejos aún
y más hundida en mi memoria te tenga
basta
y sobra
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