El laberinto de tesoros perdidos.
Aquel donde habías lanzado tu corazón,
encerrándolo entre paredes
imposibles de escalar y una guía vaga,
que jamás te permitía llegar al final.
Me encuentro encerrada hace horas
sin saber qué dirección tomar,
pensando en regresar atrás y huir
antes de tiempo.
Antes de que comience a pasar las
capas que cubren tu pecho,
como si temieras ser expuesto,
como si temieras ser herido una vez más.
Sé que hay más posibilidades de
que el dolor sea mío.
Que al final del camino mi corazón
se desgarre mientras el tuyo se
mantenga oculto.
Entonces cierro mis ojos,
pensando.
Intento guiarme por un pensamiento racional,
uno que me diga que es preferible huir
antes de terminar siendo herido.
Pero no puedo.
Algo me tira hacia adentro,
como si quisiera saber qué ves en
mí cuando me ves.
Como si quisiera comprenderte.
No sé qué hago,
tampoco sé qué debería hacer.
Solo sé que el camino a medias me
está matando y me pregunto,
¿debería seguir(te)?
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