La vuelta de la isla P

Por fin nos volvemos a reunir. Ese es el título del noticiero.

Cada cuatro años, a unas 1261x9 horas se celebra que vuelve la isla P. La que resurge del Martino. Se espera, como todos los años, se reconozca el nombre de estas tierras periféricas, a la que a menudo el mundo refiere como el Sahara. Pero cuando la Isla se vuelve a unir a ellos los Nadie volvemos a obtener nuestro nombre.

Obviamente también esperamos que se realice los eventos gubernamentales, los deportivos y económicos correspondientes para cada territorio. En celebración por su llegada. Como de abastaser, con sus innumerables tesoros que trae la isla de todo el mundo, las necesidades básicas para cada ser de aquí. Dado que, como todos sabemos acá, esa isla se mueve internacionalmente por lo que es la más rica y la más necesaria.

Contemplamos como cada jefe que representa las 32 casas existentes está a la espera de recibir- ¡¿Qué es eso?! ¡¿Qué es es-

De lo que se sabe, luego del gran corte de luz, es que la isla arribó a la supercie como de costumbre. Salvo que, los 32 representantes habían desaparecido como por arte de Dios.

Los habitantes, sorprendidos, se acercaron a la frontera notando una gran distancia del territorio entre ellos con los Nadie. Por primera vez, se dieron cuenta que es un planeta muchísimo más extenso. Tan inmenso, tan poblado, tan abarcador, tan abismal...

No podían acercarse, en cambio, arribó un bote a la isla. Los ciudadanos no supieron cómo definir a él. No sabían si nombrarlo el traidor de sus males o el héroe de los próximos desastres. Solo había venido con un cártel que decía "De parte de todas las 31 casas".

De lo único que sabemos, es que los Nadie sostenían una enorme bandera, no llegué a entender qué flasheaba. De lo poco que capté fue una letra "A". El resto se tornaba borroso como el rumor que circula.

—Pero sí es un solo un rumor, no mariconees.

—No sé, parecían furiosos con nosotros, creo que se han nombrado a sí mismos...