la vida es mía, pero

La vida me pertenece, pero hay tanto en ella que lleva tu nombre, tanto de mí que es tuyo.

Eres el centro; con tu amor llega una calma infinita. A tu amor le atribuyo esta pasión desbordante por devorar la vida sin reservas, la libertad de despojarme de máscaras y apariencias. La vida es mía, pero está impregnada de ti.

Hay una fuerza en cada uno de tus gestos; porque en ellos habita tu esencia, y en ellos encuentro mi refugio. Sin darme cuenta, te aprendo de memoria y te repito una y otra vez. Una y otra vez te necesito, como abrigo en el frío, como alivio para labios secos, como melodía que consuela la melancolía de un domingo al anochecer.

Amor, tu amor tiene la dulzura de quien toca el alma. Y a él lo culpo de empujarme a vivir la vida que siempre quise. Le culpo, amor mío, por abrir mi pecho, por hacerme entregarme sin reservas, sin temor, sin orgullo, con absoluta transparencia.

La vida es mía, pero está marcada por todo lo que viene de ti, por páginas escritas con historias que solo nosotros entendemos. Culpo a tu amor y a tu mirada por llevarme en este viaje, uno en el que juntos ascendemos. Culpo a tu amor por nutrirme, por sostener con tus manos este lazo que no se romperá jamás.

La vida es mía, pero yo soy tan tuyo.