La victoria de mi ser.

Siento que la agonía de mi ser se ha quedado estancada más abajo del corazón. El sufrimiento ya no me persigue como debería hacerlo, pues se esconde de mi mirar. Y esto debería ser un acierto, tendría que regocijarme debido a que el dolor no persiste en mi alma; sin embargo, ¿por qué no siento bienestar al estar recuperando lo cotidiano de la vida? 

Me fustigo y saboteo todo lo que he construido. Lo hago porque en el fondo una parte de mí no cree que merezca ser feliz. Quizás sea porque sé que no lo hice bien en su momento, provocando que el pasado me atormente con su bífida lengua. No por nada me he intentado silenciar esos pensamientos que me arrastran hacia una época inexistente para el tiempo; no obstante, los recuerdos se interponen y me prohíben escapar, me fustigan con su cruel realidad. Yo soy consciente de que he cometido errores y que lo seguiré haciendo, ¿o no se forja el camino con las piedras que te vas encontrando al pasear? Sin embargo, y aunque mi alma necesite descansar y reposar sus dolencias, mi razón es partidaria al hundimiento, haciendo díficil reflotar mientras los demonios te arrastran a la oscura profundida.

Ahora, en el presente donde me marchito, intento ser una mejor versión de lo que soy. Y puede que haya veces en las que flaquee y pierda mi cometido, pero me aseguraré de que la derrota sea la pieza fundamental para alcanzar la gloria. Una gloria que, aunque oscurecida por el ego y la villanía que la mente a veces atrae, me pertenecerá.

“La copa que sostengo es más que oro,

y menos que cobre.

La copa que sostengo no es ostentosa en exceso,

y brilla tenuemente en la oscuridad.

La copa que sostengo alberga

la sangre de mis venas

y las lágrimas de mi alma.

La copa que sostengo es más que

una reliquia.

Alguna vez sostuve una copa y, a día de hoy,

en mi lecho,

recuerdo su tacto.

El sabor de su interior no deleitaba al paladar,

pero sí saciaba la sed

y engañaba al hambre.

Alguna vez sostuve una copa, 

¿o era ella quién me sostenía a mí?

Alguna vez sostuve una copa,

y ahora alguien más

será quién sostenga

una copa

similar”