La ciudad se encontraba bloqueada
como los corazones de sus habitantes.
El sol solo se relajaba con la lluvia
de la tarde.
Imágenes de antaño
revivían en sus calles
miradas tristes
cabezas bajas
que no se podían enderezar.
Me pregunté:
¿Qué nos escondió la historia
para tropezar con la mentira otra vez?
El viento soplaba y arrastraba
con voracidad los sueños
y los guardaba en una caja,
la de los recuerdos.
El gris era el color preferido
y los palos la herramienta de moda.
Los hojos no podían ver la belleza
detrás de los gases.
La taparon,
la escondieron,
o tal vez,
fué sólo una pesadilla,
de la que aún
no puedo despertar.
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