Tengo un problema al alcance de mis manos, el celular.
Yo no se como paso, yo no era así. Algo me hicieron.
Cuando los celulares tenían botones el daño no era tan grave, escribíamos sólo eso. En el pueblo era tan inútil, pero así estemos a dos cuadras mensajeábamos. Comprabamos un pack de 5000 SMS y algunos desquiciados se proponían a gastarlos todos (y lo lograban).
Cuando apareció la pantalla táctil me negue, jure al mundo que nunca tendría un celular táctil, que eran enormes y seguro no le duraba la pila, buscate una promesa honesta.
De todos modos resistí lo que pude hasta que la tecnología me arrasó, no quedo de otra.
De ahí, todas las redes sociales, una a una las vi nacer, soy Mirtha Legrand de los millennials,
todos lo somos, la Reina Isabel, reptilianos.
Las redes nos convirtieron en víboras, víboras en una red infraroja, de un bluetooth que da cáncer.
Y de repente tengo 30 años y el futuro no es como imaginaba. Los autos no vuelan, las teletransportaciones no existen, no tengo plata y en la mano sólo tengo un celular que cada día me quema un conjunto de neuroas.
Ando desneuronada.
Si pudiera me cortaría las manos, que la derecha quede entumecida agarrando ese rectángulo negro para tirarla lejos, que se la lleve el rio o se la coman los chanchos
¿Puede un chancho comer chips de placa madre como se comen los huesos?
La sociedad es estúpida, la estupidizo un celular y yo soy parte de esa sociedad, me siento sucia, yo no era así.
Me perdí en un algoritmo, algo que existe y no.
¿Cómo deje que mi existencia dependiera de u pixel?
Es el acto de odio más grande que me he hecho, eso que hago mucho y capto poco.
El internet era maravilloso en la intimidad, era muy bueno en la silla de escritorio hasta que se abrio la relación y todos podíamos vernos los muros de nuestras casas virtuales.
El mundo es una realidad virtual y no hace falta ni pastillas rojas o azules para darse cuenta.
Todo es una simulación, ahora todos son actores
¡Mamá yo tenia razón, la vida es teatro!
Pero se perdieron los valores de la improvisación, nadie da el sí fácil, todo es con premeditación, aesthetic y sofisticado.
Es una competencia descomunal, los juegos del hambre sin WIFI.
Ahora me siento ansiosa y busco llamar la atención de bots y si no la consigo me angustio
¿Cuándo ésto se transformo en motivo de mi angustia? Me doy verguenza, me cachetearía varias veces.
La vida no es internet pero hace tanto que consumo. Debería irme a la granja, adoptar una vaca
¿Sabías que las vacas pueden tener mejores amigas?
Quiero ser amiga de una vaca, escuchar sus andanzas, sus miedos y enseñanzas. Saber que color le gusta, que pronombres tiene. Enseñarle que son los pronombres. Contar las manchas de su cuero y hacerle trencitas en la cola. Quedarme dormida junto a ella en el pasto y que suceda como en las leyendas y despertar siendo un caballo, un pony, comer heno y relinchar. Que mi día a día sea pensar un plan para vengarme de los puestos que venden paseos en pony como atracción
La vaca y el pony, amigos para toda la eternidad, sin selfies, dedicatorias de cumpleaños ni conversaciones de chat.
Escapando de todos aquellos que nos quieran asesinar, que la vida sea eso y nada más.
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