Grandiosa rosa
Que espina y lastima
En el destello del día
Y la penumbra de la noche
El dolor que habita en la sangre
Que escurre por la espina
Y el suspiro del muerto
La flor se marchita
Succionando la sangre del muerto
La espína desaparece
Y solo queda la flor
La espuma del mar
Convocando a la sirena
Olvidaba que la rosa le hizo lo mismo
La condena de escapar de ella
Fue quitarle las piernas y ponerle cola
La nostalgia del recuerdo
De haber caído
Le da lástima que el muerto
No esté muerto
Solamente duerme
Convertida en mariposa
La rosa desaparece
Y una nueva víctima
Aparece para subir al cielo
Y ser una estrella
Con brillo más apagado que el de otras.
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