La tonta que no lo era tanto..

La que tonta que no lo era tanto

Ella no camina; corre. ¿Esperar? ¿Esperarlo a él?

Después de tres oportunidades, las cuales él desperdició cual cáscara de banana, Ofelia sintió ese sonido de quiebre en su mente, como si algo se dividiese, y de un momento para el otro, todo lo que antes había sido amor, entrega, compromiso y erotismo, pasó a ser la mismísima nada. Gotas de indiferencia corrían por sus mejillas —las últimas—; se lo prometió.

Sí, había sido amor, ¿y? De la misma manera que él mintió, jugó y manipuló, ella ahora se había convertido en una piedra con él, y sus ojos habían cambiado de dirección, pues si había algo que ella detestaba era perder el tiempo y, encima, después de haber hecho semejante inversión sentimental.

No lo odiaba, eso iba en contra de su sistema ético. Tampoco jugaría juegos macabros con un niño, pues ella sabía bien lo mucho que puede doler y marcar a alguien de su edad, si ella fuese a hacerle a él lo mismo que él le hizo a ella. No, no lo haría.

Queridísimo príncipe, lo lamento mucho... pero Ofelia tampoco habrá de elegirte. Y no, vos no fuiste el amor de su vida, es por eso que ella sabía mucho del tema y podía perfectamente reconocer tus actitudes de hombrecito inmaduro e influenciable, más dispuesto a una relación enfermiza de adolescente que a tomar una esposa de su altura. Era mucho para vos, mi amor, lo siento... lo siento tanto, nunca debió haberte prestado la menor atención, pero bueno, al fin y al cabo ella era una mujer aún joven y él un hombre atractivo, pero un narcisista al fin. Le faltarían décadas de vida para poder llegar a su lugar y entender el mundo como lo entienden y lo respetan los adultos.

¿Lo amó? Sí... es por eso que él nunca entendería lo que hizo.

¿Lo esperaría? ¿Sufriría? ¿Lloraría? JAJAJAJA... se ríe tanto cuando le hacen esas preguntas, así como él se rió de ella el día de su cumpleaños, que él le compró una torta ¿se acuerda mi amor? el día que tenía que rendir un parcial.

Eso es lo que sos. Disculpame, pero ahora que ella te conoce, ha de tener el honor de decir: ¡PASO! no existe en él una sola característica que ella, desde sus 34 años, pueda admirar.

Ella tampoco te elige, my love.

Te deseamos una excelente vida.