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    La Notificacion

    Nahu

    Oct 25, 2024

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    La Notificacion
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    Tal vez ahora es mucho más fácil hablar desde la distancia. Pero me era igualmente fácil hablar en ese momento. Nosotros éramos el Faro de la Libertad. Nadie lo entendió en ese momento, y probablemente nadie lo entienda ahora.
    Cuando nuestro presidente, nuestro líder, "El León", decidió cortar lazos con esos sucios comunistas, los progres, ¡los kukas!, todos dieron el grito en el aire.

    “¡No! porque la ONU… !, ¡porque es importante firmar este pacto!. ¡No! porque los BRICS nos hubieran ayudado a crecer”. ¿Y ellos qué saben? Tuvimos 20 años de peronismo empobrecedor. El León nos sacó de eso. Nos mostró las bondades del libre mercado, ¿o no?

    Estados Unidos, Rusia, Israel... Les compramos aviones, y nosotros abrimos el país a contratos por el litio y otros recursos. Estados Unidos nos ayudó a restablecer la fuerza que nuestro ejército tenía antaño, ese ejército que, con recelo, había quedado desmantelado a raíz de la última dictadura militar. Lentamente, nos acercamos a la restauración de la grandeza argentina. Nos acusaron de cipayos, ¡ja! Claro, como siempre, no la vieron.

    Ucrania, que estaba en guerra con Rusia, solicitó ayuda. Como nuestro presidente era amigo del presidente ucraniano, el país les prestó helicópteros, personal, aviones, y desplegamos otros recursos en Ucrania.
    Rusia protestó, al igual que lo hizo cuando la ONU congeló sus recursos y usó los intereses de ese dinero para mandar ayuda financiera a su enemigo.

    “Tensión entre Argentina y Rusia”, decían los titulares, los portales. Empezaron a difundir información falsa, como siempre. Periodistas ensobrados.

    Ni hablar de las provincias. Gastan el dinero, lo derrochan, ¿en qué? En la casta.
    ¿Y la culpa es del gobierno? Tuvimos un superávit fiscal gracias a que redistribuimos los recursos del Estado. Lo achicamos, lo mejoramos, lo volvimos eficiente. Terminamos con el curro. Y por eso nunca nos quisieron.

    El primer conflicto surgió cuando las provincias se negaron a seguir las directivas del gobierno, con muchos DNU en el Congreso. Iniciamos las bases para la reconstrucción de la economía argentina. Protestaron, se negaron, exigieron más autonomía.

    Como las protestas eran una amenaza cada vez más grande para el Orden Público, tuvimos que aumentar el presupuesto militar. Más dinero para concretar acuerdos de defensa con EE.UU.; nos ayudaron con varias bases en el interior del país. Ya saben, hombres de libertad, no dando el brazo a torcer contra la subversión.

    Gracias a estos acuerdos, algunas empresas decidieron dar marcha atrás en proyectos con el país, como Petronas. Sin embargo, otras llegaron, como Chevron.
    Litio, gas, petróleo... Éramos el principal exportador en América Latina, ¿lo ven? ¡El libre mercado funciona! ¿Quién necesita proyectos nucleares como el CAREM? Derroches de dinero. Tenía demasiados problemas; la ingeniería del proyecto era complicada.

    Hablaban del "fin de la energía nuclear en Argentina". ¿Por qué siempre hablaron sin informarse? El proyecto iba a seguir, pero en manos de un ente privado.
    La prioridad siempre fue mantener los números y bajar la inflación. Como siempre, EE.UU. fue el primero en ofrecer su ayuda.

    Rusia volvió a protestar, y otras potencias vieron a nuestro país como "una amenaza". ¿Puede ser que al fin nos tuvieran en cuenta? Para mí, Argentina, junto al León, se acercaba a ser la potencia que fuimos hace 100 años atrás.
    Otros nos decían títeres, que éramos la extensión de Estados Unidos, un muñeco...

    “Un gatito con la correa de un águila”, fue el titular más leído en el mes.

    ¡Ja! Ya no sabían qué inventar para negar lo lejos que habíamos llegado.
    Teníamos la clave para ser un punto estratégico en América del Sur.
    “Invasión de soberanía”, era de lo que hablaban en el resto del mundo. Rusia se distanció de nosotros; la ministro de Relaciones Exteriores  no tuvo permiso para ingresar a la embajada de Rusia, un hecho que dio mucho de qué hablar. Sin embargo, esa tensión se mantuvo durante un tiempo. Rusia tenía una guerra en su propia puerta, así que seguimos mandando recursos militares a Ucrania, a pesar de sus reiteradas protestas.

    Mientras nuestra posición en el mundo era el foco de cada conversación, en el país, la oposición seguía haciendo actos de presencia, hablando de desfinanciación, de abandono, de muchas acusaciones sin sentido.
    ¿Que había inseguridad? Pero teníamos las calles llenas de efectivos policiales, gendarmería con lo último en equipo antidisturbios. Había orden, y las calles eran cada vez más seguras. Ahora también contábamos con la ayuda de efectivos norteamericanos. Se activó así el “Protocolo de Actuación de las Fuerzas de Seguridad del Estado en Manifestaciones Públicas”.

    Mientras tanto, la guerra en Ucrania tomó un punto álgido. Nuestros amigos de EE.UU. seguían apoyando a sus aliados a un ritmo más acelerado. La guerra había durado demasiado y se tornó un conflicto de desgaste. Cada vez que se perdía un recurso, este era casi reemplazado con velocidad, y Rusia tuvo que replegar sus fuerzas.

    O eso es lo que se pensaba.

    Los rusos nunca se retiraron, nunca abandonaron. Simplemente despejaron la zona.
    Un ataque a la ciudad de Pokrovsk, con una ojiva que apenas cabía en la parte superior de un misil, provocó una explosión que equivalía a un tercio del poder de Hiroshima.

    "Un ataque usado contra la concentración de fuerzas enemigas, a fin de evitar una derrota convencional", fue lo que se dijo en las horas posteriores a la detonación.

    Si bien las repetidas amenazas del presidente ruso y posteriormente su accionar sorprendieron al resto del mundo, no fue sorpresa para EE.UU. y sus aliados.
    Eso fue gracias a una particular IA desarrollada por una empresa tecnológica. Utilizaba un "Sistema de Alerta Temprana" (SAT).

    Enviaba una notificación a la población para que se resguardara, a las agencias gubernamentales para la coordinación y a las bases militares para iniciar las maniobras de despliegue.
    Gracias a la colaboración de Space X y su sistema de satélites de baja órbita, era capaz de detectar casi al instante cuando un misil con carga nuclear o cualquier misil balístico, era desplegado desde cualquier parte de la superficie de la Tierra.
    Era una genialidad. Permitía defendernos con misiles interceptores y que la detonación se provocara a grandes altitudes. Imagina el escudo de hierro de Israel, pero en todo el mundo.

    SAT pronto se convirtió en la app más descargada.

    Así, la guerra entró en un impas. El resto del mundo rechazó este ataque en donde alguna vez existió una ciudad ucraniana.
    Argentina siguió mandando ayuda militar y humanitaria a Ucrania. Se habló mucho en esos años. La inflación bajó, el país creció, muchos se quejaron, pero no tuvieron opción de desplegar sus propios recursos. Las provincias se volvieron eficientes y arreglaron sus problemas. Hablaban de "una autonomía aparte del gobierno nacional".
    Nosotros lo llamábamos el fin de los curros. Los argentinos de bien lo sabían.

    Una vez la guerra ucraniana-rusa se enfrió, el gobierno argentino inició un acuerdo de mutua parte con Reino Unido, Argentina ofreceria apoyo logístico a cambio de reanudar vuelos desde el continente a las Islas Malvinas. El fin era salvaguardar y proteger los recursos de las islas. Inglaterra aceptó gracias a que USA ofreció buques guardacostas.
    Pero para el mantenimiento de estos, se necesitaba desplegar bases norteamericanas, ahora, en el sur del país.

    Rusia dio un mensaje corto, fuerte y claro: “El presidente argentino ha convertido a su país en un peón en manos de EE.UU., por lo tanto, le reitero a su gobierno desistir de enviar recursos a nuestros enemigos y romper con esa alianza parasitaria, de lo contrario ese peón se convertirá en un sacrificio dentro del tablero geopolítico”.

    Más amenazas, obviamente infundadas. No se iban a atrever a dar otro ataque; teníamos toda la tecnología disponible de las bases en nuestro territorio, y apenas se desplegara cualquier tipo de ataque, la IA lo detectaría, lo que daría luz verde a las contramedidas.
    Hubo un periodo de paz; el acuerdo quedó solamente en eso, en un acuerdo. Ambos países tuvieron que desistir gracias a la presión internacional. Las fuerzas tanto ucranianas como rusas se replegaron a sus territorios ocupados durante el conflicto.

    Nuestro presidente dijo: “Creemos que todos los pueblos deben vivir libres de la tiranía y la opresión, ya sea que tome forma de oposición política o amenaza militar. Esa idea fundamental no debe quedarse en meras palabras; tiene que ser apoyada en los hechos. Diplomáticamente, económicamente y materialmente, en conjunto con todos los países amantes de la libertad, seguiremos enviando recursos para reconstruir el pueblo hermano de Ucrania. La nueva Argentina no es más ni menos que la verdadera esencia de la organización de las Naciones Unidas, la cooperación de naciones en defensa de la libertad. Sepan que Argentina no acompaña ninguna política que implique la restricción de las libertades individuales, ni la violación de los derechos naturales, no importa qué potencia la promueva ni cuánto consenso tenga esa institución. Queremos expresar oficialmente que Argentina va a abandonar su posición de neutralidad histórica; reiteramos nuestro disenso sobre la opresión del gobierno ruso e invitamos a todas las naciones del mundo libre a que nos acompañen, no solo en nuestra decisión, sino a crear una alianza, un pacto en nombre de la libertad”.

    Gran país, un gran presidente. Logró llevarnos a lo más alto. Estábamos en boca de todo el mundo. Nos llamaban "tontos, traidores, cobardes, vendidos". Y la más escuchada de todas: "Imprudentes".
    Yo solo sé que hubiéramos sido aún más grandes.

    Mucho se habló de las declaraciones del “León”. La embajada rusa abandonó el país inmediatamente: “Las declaraciones del presidente son inaceptables e inadmisibles”, comunicaron. Después, todo fueron especulaciones, pero no se volvió a decir nada más.

    ¿Qué sucedió después? Aún al día de hoy me cuesta explicarlo, mucho menos entenderlo. ¿Quizás fue un error técnico? ¿Algo imprevisto?

    Horas antes, hubo muchas ausencias. Desde días atrás también se habían desviado recursos fuera del país. Pero eso sucedía con frecuencia. De hecho, mucho del oro del banco central, por no decir todo, estaba fuera del país, en manos más seguras que las de esta política corrupta.

    El mismo presidente estaba fuera del país, claro. Era una persona con una agenda ocupadísima, casi siempre en EE.UU., cerca de donde se tomaban las decisiones importantes.

    Pero empresarios, políticos, algunos legisladores y otros gobernadores también estaban fuera del país en ese momento. A lo mejor ellos recibieron la advertencia antes para coordinar una respuesta, ¿no?

    ¿No?

    Una semana después de las declaraciones del presidente, en el cielo nocturno de la Ciudad de Buenos Aires, un pequeño y constante punto luminoso recorrió el firmamento.

    Unos le pidieron un deseo, como si fuera una estrella fugaz.

    ¿Y saben qué? SAT funcionó perfectamente:

    "Alerta de Ataque Inminente".

    Fue un silencio ensordecedor.

    Lo curioso es que a algunas personas la notificación les llegó días antes. Otros la recibieron con horas de antelación.

    El presidente tenía razón. Nos convertimos en un faro luminoso esa noche. Un faro de libertad.

    Ojalá el resto de las personas hubiera podido saberlo. Es una lástima.

    A ellos jamás les llegó la notificación.

    Nahu

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