La Noche De La Demolición

Hace un tiempo, no mucho atrás, los astros se alinearon y las estrellas iluminaron tu camino para que llegaras a mí. El cielo se encontraba despejado, la Luna brillaba tanto que no dudaste hacia dónde caminar; llegaste. Tu destello, deslumbrante, supo acaparar mi vista, quitando mi aliento al pasar.

Revivo esos momentos en mi mente porque no quiero olvidar, jamás, de donde venimos. La felicidad y familiaridad que me invadió cuando te vi, la sensación de haber visto esos ojos hermosos, enormes y brillantes en aguna otra ocasión, quizá en algún sueño o en una vida pasada.

Estuve pasmado por un par de semanas, sin saber cómo procesar lo vivido, simplemente deseando más de ti. Estoy hambriento. Sediento de ti. Como si fuera la primera noche, hablando durante horas por la madrugada, donde hasta el más mínimo detalle tiene importancia; quiero tenerlo todo.

Tu amor me consume, justo como quiero, arrancando pedazos grandes de mis entrañas con tus dientes y las haces parte de ti. Parece apresurado, y pienso: ¿no habrá más tiempo? La respuesta es que lo hay, pero prefiero utilizarlo para digerirte, que no quede pieza tuya sin transformarse en mi estómago.

1.11.24, ✧ Luna Nueva En Escorpio / La Sombra, su Trascendencia y la Evolución.

Nos vimos y nos reconocimos. ¿Necesitábamos más? Nuestras almas se llevaban buscando varias eternidades atrás. Tu silueta me acompaña cada anochecer, viendo la figura de tu perfil crear la sombra más preciosa. Y me detengo, porque me dejas sin aliento. Y me siento asustado, porque pareces un sueño del que voy a despertar cuando menos lo espere. Pero no pienso en rendirme, porque incluso en caída libre seguiría creyendo que vale la pena.

Solo tú y yo, en el lado oscuro de la Luna, besando cicatrices pasadas y quizá curando algunas nuevas. La intensad del astro nos contagió, estamos inundados, ¿vas a darlo todo conmigo? No te detengas, vamos muy rápido y me quiero estrellar.