La libertad de dejar de ser humano II

Me pican los pies por la lluvia repentina, pues mis zapatos se han roto;

todo es superfluo, Santino tambien, si alguna vez el supo existir.

Por eso gastamos, gastaremos mi vida,

no soy yo quien envejece,

son ellos dentro mio.

Y yo, si es que existo, so el violador que escribia bien, que siempre lo hara y que siempre lo hizo.

Todo es sagrado porque existen los herejes.

Por eso se muy bien que te levantas todos los dias con María

y al resto solo nos queda verte desde la cucha.

Nos estamos muriendo, yo tambien; no soy yo, soy un mambo.

No soy yo, somos ellos.

Que pasa si los perros se cuentan cuentos ladrando?

Entonces yo no diria mas, y me tiraria por la ventana