parado frente al abismo
silencioso
me siento a ver
las reververancias
en la laguna
donde miraba sus labios
iridiscentes
no podía evitarlo
verla hablar
me producía tal sensación
que nunca pude
volver a sentir así
con esa paz
el trino lejano
de los tordos
esos pajaritos negros
que yo le conte
como se llamaban
me escuchaba
con tal atención
que no pude parar de hablar
escucharla se volvía
una serenata
que me hacía sonreír
cayendo entre sus ojos
tendido sobre el destino
que me arrojo a la mañana
donde la conocí
estaba parada
esperando por mí
tierna como un trazo de seda
todavía puedo sentir
la primer caricia
que sintió mí rostro
lo comparo con el tiempo
simplemente ocurre
nada puede preveer
que esa sería la última
ni la primera
puedo recordar sus trucos
brujita violácea
el primer paseo
de tantos
sus manos
entrelazadas con las mías
solos en ese pasaje
sin poder romper el velo
el impacto deseado
tuve que alejarme
de la visita guiada
llevarte frente al Támesis
para poder sentir
el calor de sus labios
suaves
lentos
como si estuvieran hechos
tal para cual
mí mano recorriendo su cabeza
y mis ojos espiando
para ver la belleza
que pocos pudieron contemplar
hoy son solo eso
mí recuerdo más preciado
espero volverla a ver
así refresco mí memoria
con los colores de un lirio azul
que me acompañaba al amanecer
solo ante el desolador destino
lo intentaría todo otra vez
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