La incertidumbre

Me levanto a desayunar con una sensación de angustia, difícil de explicar.

Abro la red social de los videos, personas viajando por el mundo, visitando lugares asombrosos, reseñando artículos de última generación que salen miles de dólares, mostrando colecciones de autos, de motos, de ropa, de calzado.

Otros tantos, con menos vistas y menos seguidores, mostrando la vida de aquellos que deciden mudarse al campo y vivir como nuestros ancestros, en contacto con la tierra, con lo que le damos y nos da.

Miro a mi alrededor, me pregunto ¿para qué?

¿Para qué estoy trabajando? Nunca me alcanza

¿Para qué estoy estudiando? Si parece nunca llegar el título

¿Para que estoy buscando un título? Si al final no significa nada

Porqué, me pregunto, ¿no puedo romper el ciclo que me tiene presa en estos pensamientos?

Todos aspiramos a más, mas plata, mas lujo, mas viajes, mas seguidores, mas likes, mas vistas, mas todo. Añoramos constantemente lo que no tenemos y lo que si tenemos, que no es material, no nos importa.

¿Y si lo que realmente importa es lo que no vemos en las redes, los viajes, los lujos, los autos? ¿Y si el propósito de la vida es solo vivirla coleccionando momentos felices efímeros?

Soñamos con una vida mejor, nos levanta la esperanza de algún dia poder salir del círculo, poder conocer lugares nuevos, personas nuevas, experiencias nuevas.

Y al final del día, nos vence el sueño y el cansancio, la sensación de que tenemos un propósito y un objetivo que cumplir, que hacemos lo que hacemos para que alguna fuerza divina nos demuestre que todo lo realizado tendrá recompensa.

¿Tendremos recompensa?

Me acuesto a dormir, absorbida por la mediocridad.