La gente me odiaba por la razón equivocada.

Siempre he sido la chica que escucha y siente, mis palabras eran inncesarias cuando podía sentir. La libre expresión debe ser respetada, se suele decir, pero, ¿qué pasa cuando no es nuestra la expresión que debemos respetar? Dificil el reto actual.

En la adolescencia, mis sentimientos se habían convertido en una gran y pesada mochila que no sabía como cargar. El tiempo hizo justicia, no me quedó de otra más que hablar sobre lo que sentía, lo que pensaba y lo que me interesaba saber de los demás, lo verdaderamente importante para mi, cómo se sentían.

Con los años, me habia convertido en la persona sensible a una persona molesta. ¿Por qué no lo hablamos? ¿Desde cuándo lo sientes? dos de las preguntas que me han alejado a más de tres amigos. ¿Soy muy curiosa? o ¿ tal vez me equivoqué y debí haber estudiado para ser psicologa? dudas propias. ¿No tienes miedo a que piensen que eres muy intensa? ¿estas preparada para la dura realidad del munod? dudas que me han regalado.

Cuando ya lo descubrí, ya lo entendí. Conocí un nuevo superpoder. Mi vulnerabilidad no es sencilla pero es reforzada cada día. Mi vulnerabilidad no es una etiqueta, es una decision diaria. Mi vulnerabilidad me ha alejado y me ha conectado. Mi vulnerabilidad vale toda la pena de todo quien se fue y quien espero que aún venga. Arriesgue el antiguo amor de los incorrectos, gane su odio. Sería injusto no reconocer todo el amor que se ha multiplicado de los correctos.

Las personas creen que la única opinion que se debe respetar es la propia. No saben que el verdadero respeto nace con la opinion del que piensa distinto. ¿Para qué voy a preocuparme por los que me miran con desprecio? mi sentido común me dice que es simple, porque soy vulnerable pero soy muchas otras cosas más, porque la gente me odiaba por las razón equivocada.

Copia