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La bendición que hay detrás de no sentirnos parte

Reyner C.

Sep 17, 2025

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La bendición que hay detrás de no sentirnos parte
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Son muchas las preguntas que rondan nuestra mente cada que sentimos que no pertenecemos a un lugar, o que nos sentimos fuera de sintonia. Viene una tras de otra, como dardos disfrazados de incógnitas. 

Hemos intentado muchas cosas para tratar de encajar o para poder sentir un poco de lo que el resto siente. La pena combinada con dolor nos recorre el pecho y el estómago, nuestra parte más sensible lo percibe al igual que nosotros. 

Nuestro corazón se ve nuevamente perjudicado porque hasta él siente la presión de no poder sentir igual que el resto. De eso que tanto se demuestra la gente, de eso que tanto postean y de eso que tanto viven “los que corren con suerte”. 

Me hacen sentir fuera de lugar, porque oigo a muchos decir que todos tenemos, y encontraremos, a las personas indicadas, esas que “en algún momento llegan”. 

Pero he vivido mucho tiempo esperando.

¿Qué pasa si nunca llegan? 

¿Qué pasa si ya estamos cansados de esperar?

Hay un punto en donde deducimos que nosotros somos el problema, y no hay de otra. Llega el auto menosprecio

Vemos que hasta el que menos esperamos llega a tener, y a experimentar, primero que nosotros. Llega la comparación

Nuestro al rededor parece fluir en una sintonia que nosotros no, la gente parece complementar, menos yo. Entonces llega la resignación. 

Nuestro exterior, y nosotros mismos, nos convencemos una y mil veces que no somos como ellos, y que por más que intentemos no vamos a tener un poco de lo que ellos tanto se demuestran. 

Nadie nunca se atrevió a demostrarnos nada.

Nadie nunca dio el primer paso.

Nadie nunca nos complementó. 

Nos pasa con relaciones sentimentales, con grupos de amigos, o amistades individuales. De alguna manera las experiencias que parecen agradables no me pasan a mi. No soy, ni he sido, partícipe de alguna historia donde algo haya sido mutuo, y no solo parte de los deseos de mi subconsciente. Pero algo dentro de mi me dice que esto no es el final, hay algo, o alguien, más. Entonces vivimos atrapados en esa vaga esperanza.

¿Qué hay después de ésto? 

¿Que hay después de tocar fondo?

Preguntas pasan por nuestra mente, algunas inofensivas y otras hirientes. Algunas culpando al resto, y muchas culpándome a mi.

Culpándonos de nos ser suficientes para alguien de allá afuera.

¿Existe alguna esperanza mas?

De hecho, si la hay. 

Pero no la hemos podido ver porque las cortinas de humo del mundo nos ciegan. Las costumbres, lo cotidiano, el exterior y lo superficial nos engaña. 

Eso es lo que quiere el mundo, que inconscientemente nos sintamos miserables y poco merecedores.  A veces no lo hacen con conciencia, ellos también están acostumbrados a creer que están haciendo las cosas bien. 

Están acostumbrados a “amar”, a ser correspondidos y a vivir miles de experiencias que les ofrece el mundo

Lo que no saben, es que a los que nadie escoge, a los del fondo, a los que nunca fueron agradables para ningún estereotipo allá afuera, hubo alguien que los escogió desde un principio, pero ellos nunca lo notaron. 

Estábamos tan pendiente de quien nos rechazaba, que no podíamos notar al que nos había escogido a nosotros. Hubo alguien, que desde hace muchísimo tiempo, lo dio todo por nosotros, y que decidió amarnos primero. 

De hecho, se sacrifico por nosotros, ejecutando el acto de amor más grande que nadie ha hecho, ni hará, por la humanidad.  Su nombre es Jesucristo

Dios envió a su hijo unigénito para que pagara por el pecado de todos nosotros. Amandonos desde un principio. 

“Porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que crea en él, no se pierda, sino que tenga vida eterna”  Juan 3:16-17

Lo único cierto y real del mundo, es que en algún punto ha de acabarse, lo que las personas pensaron que era amor se acaba, las personas se traicionan, se separan. Las amistades se traicionan, los amigos se termian odiando y haciendose daño.

 La “magia” de lo superficial en algún instante caduca. Aunque prometan ser para siempre, todo lo que está fuera de la verdad, se acaba.  Más lo que con la verdad vivió, sera eterno. 

“El que cree en mi, tiene vida eterna” Juan 6:47

Estamos acostumbrados a ver el “amor” que ofrece el mundo y creemos que es verdadero. ¿Acaso no vemos como ese “amor” siempre fracasa?

¿Crees que si fuese amor de verdad tendría tan bruscos finales?

Traiciones, engaños, superficialidad, tristeza y vacíos; eso es lo único que trae consigo ese amor que vemos en el mundo.

Nadie que no conozca a Cristo sabe verdaderamente lo que es el amor. 

Cristo es amor, y es la representación más grande de éste.  

Cristo no espera que seas perfecto para amarte, el te amó incluso desde antes que estuvieras en el vientre de tu madre. El no necesita que no tengas manchas para empezar a hacer alguna buena obra en ti. A eso fue que vino él al mundo, a salvarnos del pecado y de la condena eterna. 

Él vino a salvar a los humanos del pecado, no en busca de humanos perfectos, vino por los que tienen manchas en sus vestiduras; por el desahuciado, por el rechazado, por el débil, por ese que ante los ojos del mundo está sucio y no es nada para nadie. Él busca sanarlos y limpiarlos, los ama tanto que hace todo lo posible para que se vean resplandecientes ante sus ojos, y cada vez más sean un reflejo suyo.  Ese es nuestro propósito en esta estancia en la tierra. 

“Porque para este proposito habeis sido llamados, pues, tambien Cristo sufrio por vosotros, dejandoles ejemplo para que sigais sus pisadas” 1 Pedro 2:21

“El que dice que esta en él, debe andar como él anduvo 1 Juan 2:26

Sed imitadores de mi (dice el apóstol Pablo), como yo también lo soy de Cristo1 Corintios 11:1

Después de haber leído ésto, espero quede claro en tu corazón que hay alguien que te escogió, solo esta esperando que tú lo escojas a él. Le hagas caso, escuches su voz y lo sigas, con confianza y fe. 

Dentro de la familia de Cristo no seras algún bastardo, cuando lo aceptas como tu señor y salvador te conviertes en parte de su familia; siempre vas a encontrar a alguien que te entienda, te instruya y te ame, como Cristo lo hizo con ellos. Acércate y confía en Cristo y en sus seguidores, en los que hacen el bien conforme a las escrituras. 

Olvídate de la antigua perspectiva que tenias de los seguidores de Cristo, esos que te hicieron pensar que tenias que ser perfecto para entrar a una iglesia, o para siquiera experimentar un poco de la presencia de Dios.

Incluso ellos, esos que fingen ser perfectos, tienen que examinarse un poco, porque ni el mismo Cristo vino a la tierra a juzgar (como lo hacen estos hermanos). Nadie, por más que lo finja, es perfecto. Simplemente ninguno es Dios. 

Cristo no vino a dejar que siguieras tu vida de pecado, pero su objetivo no es menospreciarte ni hacerte sentir indigno de su precencia. Sus vestiduras no significaban santidad, sino sus acciones, su amor incondicional y sus consejos rectos. Prescisamente por amor es que nos instruye y nos guia. 

Por uno no les pagues a todos, entregate a Cristo sin tu tampoco juzgar el pasado de tu hermano. 

 En Cristo nueva criatura somos (2 Corintios 5:17), con nuevas vidas que se rigen por la palabra de Dios, por su misericordia y por su amor infinito. 

Siéntete bendecido por no sentirte parte de esta sociedad, porque bien, los hijos de Dios no somos de este mundo (“No son del mundo, como yo tampoco lo soy” Juan 17:16), solo estamos de paso, y preparándonos para una vida plena en la eternidad (“En esta vida estamos de paso; un día nacemos y otro día morimos” Job 4:20)

Recibe tu llamado, y confía, el hará el resto.

Dios te bendiga.

Reyner C.

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