Dentro de ti ahora se diluye lo que fui. Un sonido sin voz, un vestigio sin forma. No importa. Nunca ha importado.
Cuando pases por esa calle y veas el cartel—ese que miramos juntos en otro tiempo, cuando aún creía que la presencia podía pesar más que el olvido—tal vez sientas algo, un roce imperceptible, un instante de confusión antes de seguir caminando. No será mi nombre. Será menos que eso.
Siempre he sido reemplazable. Insignificante. Me veo en los ojos de los otros y solo devuelven vacío. ¿Es eso lo que soy? Una ausencia antes de tiempo. Algo que se olvida antes de haberse ido.
Pero no hay tragedia en esto. Nadie es necesario. Nadie es imprescindible. Todo se disuelve. Lo real es lo que deja de ser.
Tal vez un día, sin querer, un reflejo en un charco, una palabra a medias, el olor a lluvia podrida, te devuelvan un instante de lo que fui. Algo sin nombre. Algo sin peso. Algo que estuvo aquí y ya no está.
Recomendados
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión