Yo, Luciana Alfonzo, desde tu corazón digo a todos que muero.
Desde el vacío nombro los signos que dejaste y pronto serán nada más que polvo:
La angustia previsora que cargaste en vida cual cruz errática pereció y el recuerdo se esfumó en el aire.
La ansiedad que te torturó dejó tu cuerpo y migró a espacios que ocupaste tan tímidamente que nadie notó tu presencia.
El dolor que te persiguió enraizó en el suelo creando vida que no verás ni verán los hijos que no tuviste.
Tus distensiones y distracciones te llevaron lejos del camino que querías, lo sabías y continuaste (siempre fiel a tu estilo errante de hacer lo que se te venía en ganas).
Obsesiva injuriaste a los que querían y los alejaste hasta quedarte sola.
Tomaré tu lugar y te entregaré al destierro.
Callaré tu boca y te transformaré en nada más de lo que debiste haber sido siempre:
Silencio y sombras.
Toay, La Pampa.
6/12/2025
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