mobile isologo
buscar...

Jorge Bergoglio: un Papa para los no-creyentes

Abr 21, 2025

128
Jorge Bergoglio: un Papa para los no-creyentes
Nuevo concurso literario en quaderno

El día de la fecha, 21 de abril, el mundo despertó con la noticia del fallecimiento del monarca de la Iglesia Católica: el Papa Francisco. Nacido como Jorge Bergoglio en 1936 en el barrio porteño de Flores, dedicó su vida a la ayuda del prójimo y cuidado de los marginados. Su misión religiosa en Buenos Aires, ciudad de la que fue arzobispo por quince años, destacó por la empatía y la búsqueda de justicia social, trabajando a través de un compromiso humanitario desde sus inicios como sacerdote hasta su arribo como jefe de estado del Vaticano.

Su papado abarcó doce años de esfuerzo abocado a iluminar las sombras y males que parte de la sociedad tenía impregnada; durante sus primeras enciclicas, Francisco transmitió los ejes que tomaría como temas fundamentales los años siguientes, hablando de esperanza, solidaridad y fraternidad, asumiendo a la vez agendas que ningún predecesor suyo puso en sitio de duda para pensar con urgencia. Su humildad como máximo exponente del catolicismo fue algo que siempre convivió con él y sus valores lo reflejaron, incluyendo preocupaciones de la modernidad tales como el respeto y abrazo a la comunidad LGBT; la conservación del medio ambiente, con una ecología integral del Hombre y Dios; la inclusión de la mujer en el cuerpo religioso, asumiendo puestos que se les resignó por muchos siglos, y la defensa de los migrantres frente políticas de odio.

Y destacando por sobre muchos otros referentes cuando, no solo pidió disculpas en nombre colectivo de la institución, aceptó, reconoció y actuó con decisión por sobre quienes cometieron abusos sexuales e integraban la institución católica, que mucho tiempo se ocultaban en pos de protegerse unos con otros y no perjudicar la imagen de la Iglesia.

A su vez, el Papa fue un hombre de carácter político muy comprometido y, por ende, muy polémico también. En Argentina, desde el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner hasta el de Javier Milei, su figura fue parte de la grieta bajo la que seguimos conviviendo; los argentinos fueron muy injustos sometiéndolo a un juicio político e ideológico. Reflejo de eso, Francisco, desde 2013, año donde fue elegido pontífice, no volvió a pisar suelo patrio.

Para muchos su lejanía con el país fue un acto de arrogancia y egoísmo, pero, pensando lo dividida que estuvo y está la sociedad, no haber retornado a la Argentina se convirtió en un cuidado especial al agravamiento violento que las personas estaban prorrogando hostilmente estos últimos años. Él siempre rezó por su pueblo.

No hagamos oídos sordos al hecho que el vigente presidente argentino lo insulto por mucho tiempo, y con su influencia también los seguidores de su gobierno.

Concluyendo, esta breve reflexión que escribo sobre el reciente deceso del jefe religioso no me alcanza con fuerza por ser otro argentino como lo era él, me alcanza por ser un agnóstico ajeno a la institución religiosa, pero que en la figura de su pontifice observé sabiduría, filosofía y una teología muy compartida.

Francisco demostró en mí algo contrario a una Fe, sino más bien una humanidad jamás vista por un líder, actuando con valentía dentro de una incómoda institución, frágil y cuestionable. Representó, en cierta medida, a los no-creyentes en un espacio complejo por donde se lo mire, siendo odiado por ser todo aquello que un fascista no desea en un Papa.

Como agnóstico, su postura en el lugar que le comprometía manifestó la sencillez de su alma, la sinceridad en su corazón y el amor en sus actos; y el legado de su papado queda eternizado en su misión de dignificar la vida humana por sobre todo dogma de castigo que avasallara la Fe.

A los 88 años, Jorge Bergoglio trascendió, y en el hueco de su ausencia se avista un símbolo de paz que ilumina la sabiduría que nos lega.

Gonzalo I. Lloret

Comentarios

No hay comentarios todavía, sé el primero!

Debes iniciar sesión para comentar

Iniciar sesión