estar con vos es como abrazar una rosa, se ve tan lindo
tan lindo el alrededor, pero cuando estamos juntas es un ardor en el alma
las espinas me llegan hasta el corazón, me pinchan un pulmón y me cuesta respirar
creo que también me pinchan el estómago, porque cuando te veo con otra flor me empiezo a marear, me dan ganas de vomitar.
es un poco egoísta porque cuando yo riego el tulipán me siento bien, siento que alguien me admira, me mira con dulzura y no me hace sentir insegura.
El tulipán me dice, sos lo más lindo que vi en mí vida, siendo que su delicadeza es hermosura.
Mamá lavanda me dice que ninguna flor merece mí descontrol, que soy rebelde y que no debo imitar a la abeja que va de flor en flor, picoteando en cada rincón.
tulipán me dice, no veo tal descontrol en tu jardín y si lo hubiera no me molestaría ayudarte a florecerlo, hacerlo nuevo.
la rosa me dice también, no me voy a marchitar esperando que me cambies el agua cada tanto, una vez al mes, una vez al año.
tulipán se pregunta por qué no la riego más? será que se arrugó un día que diluvio? será que la rosa es más elegante y necesitará más calor del sol?
mientras la rosa se pregunta que le faltó para que le dé el sol un rato más, aunque sea al amanecer, 5 minutos tal vez
no sé que hacer, no sé mucho de cuidar flores, no tuve un buen ejemplo de como hacerlo, a papá gerbera le gustaban mucho las flores solamente que no una sola, le gustaban todas las flores, por sus colores, su aroma, su singularidad. pero le gustaban las flores en jarros, flores que se podían marchitar, flores que duran un tiempo estimado, y cuando se marchitaban tirarlas no era lo más complicado.
nunca supe cuidar bien a las flores, aunque crecí con una lavanda, que aunque le faltarán un par de pétalos, seguía teniendo ese aroma particular, algo esencial que no tenían las otras.
no siento que sea una gerbera, tampoco una lavanda, no me siento una abeja y no siento que el tulipán pueda depender de mí para que lo riegue, tampoco siento que la rosa tenga que esperar a que le dé un rayito de sol.
soy una flor marchita, que no puede parar de llorar, llorar porque se marchitó, y porque dejó marchitar sus flores favoritas.
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