Israel y Hezbollah: Un Conflicto al Borde de la Guerra Total
Sep 30, 2024

La tensión entre Israel y Hezbollah ha alcanzado niveles críticos, con ambos bandos intensificando ataques que podrían llevar al estallido de un conflicto a gran escala. Desde los bombardeos israelíes sobre Beirut y las respuestas de Hezbollah con lanzamientos de misiles, el conflicto ya ha dejado cientos de víctimas y desplazados, y se cierne la amenaza de una guerra regional que podría involucrar a otras potencias como Irán.
La situación actual
El conflicto se intensificó a partir del 17 de septiembre de 2024, cuando Israel realizó ataques aéreos en Beirut que destruyeron seis edificios y, según informes, eliminaron a líderes clave de Hezbollah, incluyendo a Ibrahim Aqil, un comandante de alto rango del grupo libanés.
La respuesta de Hezbollah no tardó: el grupo disparó cientos de cohetes hacia el norte de Israel, lo que incluyó un intento fallido de atacar Tel Aviv con un misil balístico por primera vez en su historia.
El saldo hasta ahora es devastador. Más de 700 personas han muerto y alrededor de 250,000 han sido desplazadas en el Líbano. El Ministro de Salud del país describe la situación como una "catástrofe humanitaria", mientras que Israel ha respondido con ataques aéreos sobre objetivos en el sur del Líbano, destruyendo supuestamente más de la mitad de los misiles de corto y mediano alcance de Hezbollah.Hezbollah: Resistencia y Asimetría
Hezbollah, con el apoyo de Irán, ha mantenido su estrategia de resistencia asimétrica frente a Israel durante décadas. Aunque Israel ha logrado asesinar a varios líderes y destruir infraestructura clave, Hezbollah sigue operando bajo una lógica de guerra de desgaste. La organización no se deja arrastrar a un enfrentamiento directo, sino que opta por lanzar ataques selectivos y utilizar su entorno montañoso y urbano para dificultar las operaciones israelíes.
Según análisis de expertos, Hezbollah ha aprendido a adaptarse y aumentar su capacidad de combate gracias a su experiencia en el conflicto sirio. Sus fuerzas de élite, como la unidad Radwan, permanecen en gran parte intactas a lo largo de la frontera, y un enfrentamiento terrestre podría infligir bajas significativas en el ejército israelí.
¿Qué sucederá después?
El gobierno de Estados Unidos ha intentado mediar un cese al fuego, pero la situación en el terreno hace que cualquier tregua parezca lejana. Israel ha dejado en claro que no detendrá sus operaciones hasta que sienta que Hezbollah ya no representa una amenaza a su seguridad. Mientras tanto, Hezbollah ha mostrado capacidad de respuesta con el lanzamiento de misiles hacia posiciones dentro de Israel, incluyendo un ataque a una fábrica de explosivos a 60 km de la frontera.
La comunidad internacional teme que esta escalada pueda convertirse en una guerra regional más amplia. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea han llamado a la moderación, pero la postura de Israel, que parece inclinarse hacia una invasión terrestre en el sur del Líbano, ha aumentado la preocupación de que la situación se descontrole aún más.
Un conflicto con profundas raíces históricas
El conflicto entre Israel y Hezbollah no es nuevo. Las hostilidades actuales se remontan a décadas de enfrentamientos y disputas territoriales. La última guerra significativa fue en 2006, cuando ambos bandos libraron un conflicto de 34 días que dejó alrededor de 1,200 libaneses y 45 israelíes muertos. Desde entonces, Hezbollah ha continuado reforzando su arsenal, mientras que Israel ha mantenido una política de disuasión a través de ataques aéreos y operaciones selectivas.
Sin embargo, esta vez las circunstancias son diferentes. Con Hamas también involucrado en el sur, Israel enfrenta una situación de "dos frentes", que podría provocar un desgaste en su capacidad militar y llevar al país a un conflicto prolongado. Además, la posibilidad de que Irán u otras milicias chiítas en la región se involucren directamente podría desencadenar una guerra que altere el equilibrio de poder en todo el Medio Oriente.
El futuro incierto
Con ambos bandos acumulando fuerzas y sin señales claras de un alto al fuego, la situación en la frontera entre Israel y el Líbano es extremadamente volátil. Hezbollah ha demostrado ser un adversario adaptable y resistente, mientras que Israel parece dispuesto a usar toda su fuerza militar para neutralizar la amenaza. Las próximas semanas serán cruciales para determinar si el conflicto se convierte en una guerra a gran escala, con repercusiones que podrían transformar la geopolítica de la región.
Este conflicto no es solo una lucha territorial; es un símbolo de la compleja red de alianzas y enemistades que definen el panorama político de Medio Oriente. Con cada ataque y represalia, la posibilidad de evitar una guerra total se vuelve más lejana, y el destino de miles de personas, tanto en Israel como en el Líbano, pende de un hilo.
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