Si me marcho,
¿vas a notarlo en serio
o solo cuando el eco de mi voz
se pierda entre las paredes vacías?
Y si vuelvo,
¿vas a amarme sin peros,
sin distancias, sin excusas?
¿O me vas a recibir con las manos llenas
de dudas y caminos cortados?
No quiero algo a medias,
ni un amor que pese más de lo que abraza.
Quizás tenga que irme para siempre,
porque esta realidad se volvió un laberinto
donde cada salida me escupe en la cara
que ser yo nunca alcanza,
que siempre falta algo,
que el amor tiene condiciones
y la vida, demasiadas reglas.
Estoy cansada de ser poco,
de medir mis pasos en función de otros,
de apagarme para encajar en un mundo
que solo me quiere a ratos.
Si me voy, no me busques,
no me llores cuando el tiempo te arranque
el sonido de mi risa.
Si alguna vez te preguntás dónde estoy,
recordá que hubo un día
en que estuve justo al lado tuyo,
esperando que me veas
antes de convertirme en recuerdo.
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