...
Los propios tejados.
El fachapobre no vota pensando en su propia identidad y beneficio, sino identificando a enemigos y buscando como atacarlos, como hacerles daño, aunque en la apuesta se dañen ellos mismos. (Ahí, ahora, los taxistas de Madrid, por ejemplo).
Así, no se ven pobres y van contra los pobres.
No se ven beneficiarios de lo común y van contra lo común.
No se ven homosexuales, parados, minoría étnica, mujeres maltratadas, discapacitados. Por supuesto no se ven rojos bolivarianos ¡Dios los libre!
Su mundo es el de los creyentes, practicantes o no; los taurinos, más o menos aficionados; los cazadores, con o sin escopeta; los monárquicos, de eméritos y titulares. Y bandera heredada del franquismo que no falte.
Ese mundo propio es extrapolable al votante medio de Trump en los EEUU: inmigrantes que no se perciben como advenedizos, pobres que no aceptan que viven en la miseria (un día enferman y todo se les va a la mierda), machistas (mujeres incluso) que sienten que el hombre pierde su preeminencia... Esperan del líder republicano un retorno a la esencia, a la pureza, a lo que debe ser, según la tradición y la Biblia y la asociación del rifle.
Por eso aquí, el fachapobre admira a todo Trump que se postule como salvador del mundo (Ayuso es ahora su máximo exponente), porque su mundo es el del hombre no blandengue, el de las mujeres para parir y atender casa y parentela, el de fumar dentro del bar, el de ave que vuela a la cazuela, el de corridas de toros y procesiones de imágenes de madera. Y la bandera.
España para los españoles. EEUU para los descendientes de los que se lo robaron a los nativos de aquellas tierras. La memoria selectiva es perfecta.
Lo sencillo.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.


Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión