Hay noches en las que el silencio se extiende
como una sábana húmeda entre nosotros
y no hay palabra que alcance
para nombrar lo que se quiebra en lo oscuro
pienso en la primera vez que dijiste mi nombre
en el modo en que el aire se volvió
un lugar donde todo podía comenzar
y ahora ese mismo aire pesa
como si estuviera lleno de agua
te miro dormir y no sé
en qué momento tu respiración
empezó a ser un murmullo ajeno
algo que no puedo tocar
como el reflejo del sol sobre el río
que parece cerca pero siempre huye
hay un cansancio que se pega a la piel
como polvo húmedo después de la tormenta
no es enojo lo que nos separa
sino la certeza callada
de que seguimos aquí
por miedo a lo que arde afuera
y pienso
si esto es el amor o su sombra
si la frustración es apenas
la forma en que el cuerpo recuerda
lo que ya no puede pedir
afuera, los árboles se inclinan
como si supieran algo que nosotros olvidamos
adentro, la casa respira lento
y yo
me acostumbro al eco de tu ausencia
aunque sigas durmiendo a mi lado.

Giovanni Battista Manassero
Escribo para encontrar lo extraordinario en lo cotidiano, entre el absurdo, la nostalgia y el mate bien amargo.
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