Vivimos en una época donde no está permitido no superar. Al parecer, en la era de la terapia todo es (aparentemente) superable, conversable y tiene solución. Actualmente nos parecería una locura que una mujer viuda viva el resto de su vida sumida en la tristeza por la muerte de su amor. Es débil, está loca o necesita tratamiento. ¿Para qué? Para superar.
La presión social que existe sobre tener que superar todos los dilemas emocionales puede llegar a volverse destructiva. En todas las épocas existieron personas que no superaron ciertas cosas, ya sean amores no correspondidos, padres abandónicos, madres narcisistas o lo que fuere, y resulta muy alejado de la realidad creernos la mentira de que podemos y debemos superar y solucionar todo.
La vida depresiva de la viuda es igual de válida que la de un millennial ansioso que recurre a terapia dos veces a la semana, aunque la primera no pretenda cambiar su realidad. Tampoco sobreponerse a todas las adversidades emocionales de nuestra vida la vuelve más interesante. Del desamor, del odio, del rencor, de la ira, de los celos, de la envidia… ¿Cuántas obras maestras surgieron? Ni hablar de los errores y las cosas mal resueltas (los antecedentes de mis temas preferidos). Además, cuanto más difícil nos resulta resolvernos internamente, a más personas somos capaces de entender y ayudar. Es decir, cuanto mayor la adversidad, más amplia se vuelve nuestra capacidad de empatizar.
¿Podría gritar por la ventana hoy y sugerirles aflojar la exigencia de sobreponerse a todo? Sinceramente creo que hay cosas que no son superables; estas varían de persona en persona, de existencia en existencia. Y no pasa nada, la vida sigue igual de válida, igual de viva. Y me arriesgo a decir que algunas veces hasta más interesante.
Imagen: Tracey Emin, On my knees (2021)
Lucía
Escribo porque retratar mi mundo sensible le da sentido a mi vida. Me animé a publicar cuando leí que escribir, publicar y que te lean es la combinación salvadora. Uruguaya.
Recomendados
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión