¿Y cómo detenerse?
No quiero detenerme
No puedo detenerme
La quietud es tan semejante a caer
-volver a caer-
siempre ese mustío
ese bucle
La caída eterna
no hay escape
no hay movimiento que pinte algún olvido de tan pesada podredumbre
Abadonarlo todo
abandonarme
¿Y después qué?
Después de perderse a uno mismo
¿Qué queda?
¿Volverse uno más?
Cuanto me repugna bajar los brazos
esta falta de fuerza
esta farsa de creer alguna fuerza propia
-inexistente-
Quizá dormir callará tanto griterío interno
pero ¿Cómo dormir?
si el corazón sufre de esta hiperactividad
sin poder dejar de golpearse contra las paredes
y la culpable es mi cabeza
Quizá dormir callará tanto griterío interno
-me repito-
pero ¿y después?
siempre hay un despertar
y el silencio vuelve a teñirse de imposible
Gritan las nubes sobre el celeste
Aullan las estrellas sobre el negro
El único silencio son mis ojos
mudos de tanto tragarse las lágrimas
El tiempo se traduce
en el debilitamiento de las fuerzas
la regresión a la nada
Las joviales y níveas alas
se diluyen en el suelo
con esta sangre alquitranada
que escupen mis pulmones
Ya no puedo seguir intentando volar
Ya no quiero sangrar alzando el pecho
Hice uso de mi alquimia
vivir sufrió la metamorfosis
de volverse inercia
esa alquimia conseguida
leyendo mi libro de eterna cobardía
Me recuesto sobre mis alas perdidas
Me tapo con las sábanas de mi sangre
Me cierro los ojos con las vendas de mi humo
Me surmerjo en mis sueños otra vez
Solo si el insomnio vuelve a permitírmelo
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