Inseguro:

¿Estoy siendo inseguro? ¿No estoy confiando en mí? ¿Carezco de autoestima? Estas preguntas resuenan en mi cabeza con frecuencia últimamente. Me pregunto qué necesito exactamente para estar mejor, para sentirme pleno y en paz conmigo mismo. Quizás todo esto se deba, en gran medida, a la edad y a la etapa vital que transito. Siento que las relaciones pasajeras y las conexiones superficiales que no llevan a ninguna parte me han empezado a aburrir profundamente. Esta constante búsqueda de algo que no se materializa me hace sentir, en ocasiones, que no merezco amar ni ser amado de verdad. Es una sensación difusa, pero persistente, y no logro encontrarle una explicación clara.

Ver que otros a mi alrededor superan rápidamente sus duelos o consiguen relacionarse con nuevas personas de una manera casi instantánea, mientras yo sigo inmerso en mi propio proceso de duelo y con heridas emocionales por sanar, tampoco ayuda en absoluto. Sé, en el fondo, que esa no es la manera de proceder. Entiendo que buscar una nueva relación solo para llenar un vacío o para evitar enfrentarse a los propios problemas es una solución temporal que no sana las heridas, solo las disfraza o las pasa de largo. A pesar de esta certeza, percibo que hay una parte de mí que envidia esa aparente facilidad con la que algunos consiguen esa conexión rápida con alguien. Sin embargo, mi raciocinio me dice que atarse a otra persona por inseguridad o por la simple necesidad de no estar solo, no es una buena opción ni para mí ni para la otra persona.

Me pregunto cuándo llegará mi momento. ¿Cuándo encontraré esa conexión genuina y profunda que anhelo? Supongo que, como dicen, será cuando menos lo espere. Buscarlo activamente, de forma desesperada, siento que sería inútil; no funciona así y nunca lo hará. Las cosas auténticas suelen llegar cuando uno está preparado, no cuando las persigue con ahínco.

Por lo pronto, me encuentro en una situación en la que creo tener una percepción muy negativa de mi ser. Es como si estuviera recayendo en mi tan característico autoboicot, esa tendencia a ponerme un obstáculo en el camino justo cuando estoy a punto de avanzar. Ponerme un palo en la rueda fue una costumbre arraigada en mí durante mucho tiempo, y la sola idea de revivir esos momentos de estancamiento y frustración me aterra. La respuesta "fácil" o simplista a todo esto sería, sin duda, "ámate más". Pero sé que va mucho más allá de una simple frase.

La respuesta que creo más acertada, la que resuena con una verdad más profunda dentro de mí, sería la de aceptarme más y entenderme verdaderamente. Necesito soltar la exigencia personal desmedida y esa condena rumiante que surge de mi propia introspección. Al fin y al cabo, soy un ser humano que hace lo que puede con las herramientas que tiene en cada momento. Cada día intento mejorar un poco más, superarme en mis propias limitaciones y, a través de ese proceso de crecimiento y comprensión, poder finalmente quererme de una manera auténtica y entenderme en toda mi complejidad.