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Ingrid, todo me recuerda a ella

Criatura

Jul 28, 2025

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Ingrid, todo me recuerda a ella
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No creo que haya fingido que estaba bien. Cuando supe que ya no iba a despertar lloré mucho, lloré tanto que me avergoncé de mí misma. Era una pena tan grande que me borraba por completa, borraba la idea de protagonismo que en el fondo tenemos todos. A veces pareciese que el mundo girara alrededor nuestro y no importa lo que pase al final vamos a estar bien, pero no es así.

No se le he dicho a nadie que, ya por obvias razones no sepa, ni mi madre tuvo la oportunidad de decirme el mismo lunes cuando me llamó mientras regresaba de clases en el bus. La llamada se cortó cuando se apagó mi celular. Tenía tantas cosas por hacer todavía que solo me enfoqué en mi examen. Bajé del bus en mi paradero de siempre, y algo me dijo que debía correr , doblé a la esquina de mi casa. De lejos vi un toldo, y mientras seguía acercándome, me di cuenta que estaba muy cerca, horriblemente cerca. Cuando ya estaba a pocos metros, noté una franja de tela negra en el medio. Dejé de sentir.

La razón me acompañó todo ese tiempo y yo solo queria huir, huir a donde fuera, pero huir para estar tranquila con mis pensamientos, con el objetivo que tenia que cumplir. Junté mis cosas. Te escribí, no me respondiste. Estaba apurada, llamé a Daniel. Me contestó. Corrí a su casa. No pensé en nada. Llegué y empecé a resolver problemas de mi cuaderno. Mientras te escribo, me relato a mi misma cómo fue. Cuando la situación me sobrepasa, la relato en mi cabeza, como si fuera un cuento. De esa forma puedo recordarla pero no sentirla. No hay sentimientos afiliados a ese dia porque no quise sentir nada y decidí no sentir y no recordar algo que me impediría controlar mis acciones asi que llegué a tu casa y estudié. 

Ingrid, todo me recuerda a ella, es como un elefante en el cuarto que quieres ignorar y está ahí. Los olores, las calles, las canciones, las frases, el simple hecho de cuidarme a mi misma, de pensar qué me diría ella, qué me aconsejaría. Un hilo, una media, una fruta, un día soleado. Recuerdo su cabello blanco, sus ojitos negros y profundos, recuerdo su voz, sus besos, sus manos.

El martes di mi examen y sali pensando en la nota, cuando me senté con mi compañero saqué mi monedero para pagar mi comida, me pregunto si me lo hizo mi abuela. Corrí al baño y me rompí.

Me he sentido como un cuerpo sin alma, un cuerpo que llora por supervivencia, que no siente nada, solo la verguenza de que lo vean llorar, de que lo vean ser humano, y sucumbir a cualquier dificultad en la vida. Me he tragado todo lo que debí sentir y lo voy soltando de a pocos. Pero yo quiero vivir, yo quiero vivir y olvidar el dolor, yo solo quiero vivir y ser joven porque me la he pasado arrepintiéndome de todo siendo tan joven, enojada y alejada de todo siendo tan joven que ahora que voy madurando ya no quiero prohibirme más, no quiero prohibirme nada. Me quiero ir de todo, de este barrio, de este pais, de esta familia.

Fue mi madre y ahora está allá. Siempre creyó en una mejor vida que esta y Dios por fin la eligió para hacerla feliz eternamente. Y estamos nosotros aqui, preguntándonos para qué vivimos y por qué nacimos y si algún día seremos dignos de poder creer plenamente en un paraiso para al fin poder irnos a descansar en paz.

Criatura

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