Qué epifanía fue tenerte aquí conmigo, entre mis brazos.
Vos buscando una sanación y yo dispuesta a ser la cura.
No creo en dioses, mucho menos en el sol que brilla sobre mi piel.
Pero creo en vos, con tu brillo dorado.
En vos, siendo mi salvador.
Creo en la maravilla que se guarda debajo de tu piel y que reluce como una joya bajo la lupa.
Creo en tu mandato y en todo lo que guarda, porque tu palabra es sagrada.
En la manta que mantenés guardada y me cubre del frío, aquel que estremece hasta el más pequeño de mis huesos.
Sos inexplicable en muchos sentidos, pero el sentir que late en mi corazón no tiene palabra o descripción.
Solo sos vos.
Vos con palabras melodiosas que endulzan mi alrededor.
Vos, que con solo un toque pones mi cuerpo a temblar por nervios.
Miro tus ojos y veo una de las tantas maravillas que existen en el mundo.
Cuando el marrón choca entre sí, en esferas brillantes y exuberantes de vida.
Estar junto a vos se siente como tener el cielo entre los dedos.
Como ser deslumbrado por el sol.
Como tomar una siesta en la nube más suave.
Sos cada cosa preciosa del mundo, e incluso entre más descubro, no encuentro nada mejor que vos.
Si te gustó este post, considera invitarle un cafecito al escritor
Comprar un cafecitoRecomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión