ineptitud en el amor (propio y ajeno)

Quiero dejar de ser víctima de mi propio cerebro,

hayar la paz que algunos encuentran en si mismos.

Necesito vivir al menos un día sin querer escapar de mis propios pensamientos,

y de los sentimientos que no logro controlar.

Me gustaría en algún momento lograr quererme

tal cómo soy,

pero que ese ser ya no sea yo, sino una versión mejorada, ajena a quien soy hoy.

amarme en la perfección.

Pierdo todos los días ante las inseguridades que flotan en mi mente

¿Es posible sentirse tan insuficiente?

¿O, acaso, hay una falla natural en mí, que me impide ver con ojos claros,

que me obliga a odiarnos?

No puede costar tanto sentirse amado.

Porque llega un punto en que uno deja de creer,

Deja de esperar, de soñar,

que alguien lo pueda amar,

y es entonces donde se empieza a acusar.

Que no me amas,

que en realidad me odias,

que por qué te quedas acá si no te doy nada de lo que querés,

si soy un peso arrastrándose a tus pies,

si lo único que quiero es desprenderme de mi piel.

¿Por qué me querés?

¿Por qué no me odias con la misma magnitud con la que lo hago yo?

Si yo no me logro amar, ¿por qué debería creer que vos sí tenés la capacidad?

¿Qué te distingue de los gritos insistentes adentro de mi mente que me ruegan que huya, que me esconda,

si no existe salvación?

A veces creo que sos mi salvación.

Pero las cosas no pueden seguir así.

Uno no debería vivir con este torbellino de auto desprecio ocupando cada segundo del día, del mes, del año.

No puedo sobrevivir si por cada día bueno mi cabeza cree que me merezco cincuenta malos,

si la felicidad me parece tan insignificante que ya ni siquiera la puedo apreciar.

Corro.

Todos los días.

Corro de mí,

corro de vos,

corro de las voces que no me dejan amarte en paz,

que hacen todo más difícil de lo que quisiera.

Corro para ver si en algún momento me puedo encontrar,

una versión de mí mejorada,

una versión capaz de ser amada.