Veo las estrellas, escucho los susurros, veo en tus ojos la sombra de una luz que piensas que no es tuya, y te equivocas. Es tan tuya como la sombra. Esa es tu magia, que eres indescriptible, y cada vez que alguien lo intenta queda sin palabras, porque se empieza, pero no se termina.
La última vez, recuerdo haberle dicho a alguien que lo más mágico y extraordinario que había en ti era eso mismo: tú.
Que en todas las cosas donde se te puede encontrar, te veo completo, cosa que es muy complicada para mí. Te encuentro en cosas tan específicas que es imposible no verte reflejado en tu totalidad en ellas.
Esa misma tarde me senté a ver el sol, pensando en que raramente me recordabas también a este, pero solo era una idea: que tú te parecías, pero que no eras.
Meditando mis pensamientos, me di cuenta de que lo que me recordaba no era el sol, sino su brillo, que quién sabe si es consciente de lo mucho y fuerte que es.
Tal vez jamás se percató de que brillaba tan bien. Y mientras seguía pensando, mi actividad más odiada y amada, cayó la noche. Solo podía ver a la luna seguir tus pupilas, y las estrellas adornando estas mismas. Y ahí entendí, que no brillas como el sol, lo haces como la luna, como las estrellas.
Que si me pusieran a darle un sinónimo a la luna, serían tus ojos, o tu mirada.
Porque ojos como los tuyos hay muchos, miradas que me encantan como la tuya... solo esa.
Te encontré en las estrellas, en el silencio tranquilizante de la noche, te vi en su oscuridad brillante, en una mezcla preciosa y perfecta, armoniosa. Te encontré en mucho más de lo que pensaba hacerlo cuando miré el sol. Te vi en algo tan maravilloso y significativo como la luna, como el cielo oscuro que ella se encarga de iluminar.
Así que tomé el recuerdo y me lo guardé, escribiendo lo que corría por mi mente mientras se lo leía a la misma luna que me inspiraba, donde te encontraba. No podía dibujarlo con algo más que no fueran palabras, y me pareció maravillosa la idea, porque siempre había temido hacerlo, pero en esa ocasión no había miedo, había esperanza.
Y la creencia de que del miedo salen cosas divinas solo nos hace falta estar preparados para tanto. Leí varias veces lo que mis palabras decían, tratando de hallar dónde estaba el vacío que sentía, repasando cada una de sus entonaciones y significados, porque al igual que el sol, su composición me recordaba a ti, pero no eras tú.
Busqué y busqué, hasta que caí en cuenta de que sería imposible hacer algo donde te encontrara completamente, porque, como ya te dije antes, eres completamente indescriptible. Y cada vez que alguien lo intenta, queda sin palabras o sin significados.
Porque tú, eres mágicamente indescriptible, y no te imaginas lo bello que es eso.

Sayla 🌲
Solo soy un alma contenida en un árbol. 🌲 «Ahora me veo otra vez a mí, más allá de un sentir.»
Recomendados
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión