Indefinido, insensato, interminable.

Aparto la mirada a cualquier beso tuyo, me escondo de cada vibración de tu voz diciendome "te quiero". Porque yo no lo siento, no es algo natural que haya crecido en mí y decirlo de vuelta solo para construir lo que esperas oír es un engaño.

Hemos compartido una historia muy corta, inestable, indefinida. Y me he ido, como ayer, como hoy como siempre. No quiero quedarme en lugares solo para cubrir mi solitud tardía, ni besar labios que me muerdan hasta hacerme sangrar, ni recorrer pieles que solo vere una vez. Quiero calma, más lentitud en mi vida para contemplar la infinitud del alba por las mañanas y la profundidad estrellada por las noches. Así que decido guardar todos mis deseos para mí propia compañia, borrar cada rastro de lo que ha quedado del pasado y ser insensata, no por mucho tiempo, solo por un par de horas en lo que te sigues cruzando por mi mente para mudarte a mis sueños. Faltan 5 días para llegar al número que no he podido olvidar, al que sigue presente por lo que significa, por lo que fue. Tiempo atrás escribí sobre esto, lo titule: veintiunos y me pregunté si lo recordaría de la misma forma que hace un año atrás o hace dos. Y no, a pesar de querer conservar TODO, el paso del tiempo me ha borrado algunos pequeños recuerdos. Hice un intento por volver atrás y creo que por estás fechas volvíamos a tener un vínculo, en su momento lo añoraba tanto como para tener expectativas que ahora no tienen sentido. Pero a los que me leen se las comparto: En este interminable vaivén de corazones rotos y esperanzas muertas hubo un nuevo espacio para nosotros, en la más delicada intimidad de dos almas que comparten su vulnerabilidad, tocaste mi cara con delicadeza y besaste mi cuello para despertarme, dijiste que tenías una sorpresa y vaya que lo era, cerré los ojos y al abrirlos estabas tú, como solo yo podría verte con flores en la mano derecha y un libro en la izquierda. Y fuimos por última vez un nosotros, después yo me enrede en la furia de no aceptar quién fuiste y me perdí en ese limbo de superficialidad. Lo agotamos y ahora solo escribo del ayer, de mi hoy de mí.