Siempre me he sentido una hipócrita.
Falsa.
Impostora.
Con mi dolor, con mis enojos, con mis logros y felicidades, con mis sueños y gustos.
Una hipócrita sin pertenencias, sin hogar, despedida de la realidad.
Una hipócrita que nada le es suyo, nada merece.
La vergüenza persigue a mi ser, y es por eso que la duda me invade al expresar lo que colma a mi cabeza.
Es por eso que no merezco soñar.
No merezco rogar.
Una identidad de humo ¿Qué hace por lo que quiere?
Soy oscuro en la luz.
Vacío en la multitud.
Incertidumbre en la certeza.
Un estorbo en la habitación.
No merezco ni me merecen.
Soy una hipócrita que vive en las nubes.
Una impostora que finge ser alguien más.
¿Quién?
Alguien real.
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